Como llevaba trenza
la llamábamos trencita en la tarde del jueves.
Jugábamos a montarnos en ella y nos llevaba
a una extraña región de la que nunca volveríamos.
Porque es casi imposible abandonar
aquel olor a tierra de su cabello sucio,
sus ásperas rodillas todavía con polvo
y con sangre de la última caída
y, sobre todo,
la nacarada nuca donde se demoraban
unas gotas de luz cuando ya luz no había.
Allí me dejó un día de verano
y jamás regresó
a recoger mi insomne pensamiento
que desde entonces vaga por sus brazos
corrigiendo su ruta, terco y contradictorio,
lo mismo que una hormiga que no sabe salir
de la rama de un árbol en el que se ha perdido.
Detalles discográficos
Poema relacionado
Comentarios
La canción musicaliza el poema original sin alteraciones textuales, excepto que se repiten algunos versos. Pedro Guerra entona la primera estrofa, que repite a lo largo de la canción a modo de estribillo, mientras que el propio Ángel González recita, con la melodía de fondo, el resto de las estrofas.