Casida del herido por el agua

Carlos Cano

Quiero bajar al pozo,

quiero subir los muros de Granada

para mirar el corazón pasado

por el punzón oscuro de las aguas.

 

 

Quiero bajar al pozo,

quiero morir mi muerte a bocanadas,

quiero llenar mi corazón de musgo

para ver al herido por el agua.

 

 

El niño herido gemía

con una corona de escarcha.

Estanques, aljibes y fuentes

levantaban al aire su espada.

 

 

El niño estaba solo

con la ciudad dormida en la garganta.

Un surtidor que viene de los sueños

lo defiende del hambre de las algas.

 

 

El niño y su agonía frente a frente

eran dos verdes lluvias enlazadas.

El niño se tendía por la tierra

y su agonía, ¡ay!, se curvaba.

 

 

¡Ay, qué furia de amor, qué hiriente filo,

qué nocturno rumor, qué muerte blanca!

¡Qué desierto de luz  iban hundiendo

los arenales de la madrugada!

Los arenales de la madrugada.

Los arenales de la madrugada.

Los arenales de la madrugada.

Los arenales de la madrugada.

Los arenales de la madrugada.

Los arenales de la madrugada.

Los arenales de la madrugada.

Los arenales de la madrugada.

 

 

(Transcripción propia a partir del audio a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas)

 

Intérprete

Nacionalidad: España

Detalles discográficos

Tipo: Álbum
Año: 1998
Discográfica: Dalur Discos

Comentarios

Musicalización idéntica excepto en una variación del orden de las estrofas y la repetición del último verso de la canción (v. 12 del poema).

La segunda estrofa de la canción es la última del poema y los versos del 9 al 12 se colocan al final con la repetición de este último.

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