Sonreidme, vengo muy satisfecho de liberarme de la serpiente, de la serpiente.
Sonreidme, vengo muy satisfecho de liberarme de la serpiente.
Su cola puso en mi boca acíbar, sus anillos verdugos
reprimieron y malaventuraron la nudosa sangre de mi corazón.
Vengo muy dolorido de aquel infierno de incensarios locos,
de aquella boba gloria.
Sonreídme, que voy a donde estáis vosotros los de siempre,
los que cubrís de espigas y racimos la boca del que nos escupe,
los que conmigo en surcos, andamios, fraguas, hornos,
os arrancáis la corona del sudor a diario.
Me libré de los templos, sonreídme, donde me consumía con tristeza de lámpara
encerrado en el poco aire de los sagrarios; salté al monte de donde procedo,
a las viñas donde halla tanta hermana mi sangre.
Encerrado en el poco aire de los sagrarios; salté al monte de donde procedo,
a las viñas donde halla tanta hermana mi sangre.
Sonreidme, vengo muy satisfecho de liberarme de la serpiente, de la serpiente.
Sonreidme, vengo muy satisfecho de liberarme de la serpiente.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Género
FlamencoDetalles discográficos
Poema relacionado
Comentarios
Esta versión supone la musicalización de la primera estrofa y la primera parte de la segunda estrofa; sobre esta base, realiza ligeras variaciones como repetir las líneas «…Sonreidme, vengo muy satisfecho de liberarme de la serpiente, de la serpiente/Sonreidme, vengo muy satisfecho de liberarme de la serpiente…» al inicio y al final de la canción.