Tengo estos huesos hechos a las penas
Tengo estos huesos hechos a las penas y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes como el mar de la playa a las arenas.
Por una noche oscura de sartenes, redondas, pobres, tristes y morenas.
Como el mar de la playa a las arenas, voy en este naufragio de vaivenes.
Nadie me salvará de este naufragio si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.
Eludiendo por eso el mal presagio de que ni en ti siquiera habré seguro.
Nadie me salvará de este naufragio si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.
Eludiendo por eso el mal presagio voy entre pena y pena sonriendo.
Pena que vas, cavilación que vienes como el mar de la playa a las arenas, voy en este naufragio de vaivenes.
Nadie me salvará de este naufragio si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.
Eludiendo por eso el mal presagio voy entre pena y pena sonriendo.
Eludiendo por eso el mal presagio voy entre pena y pena sonriendo.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Género
Canción de autorDetalles discográficos
Poema relacionado
Comentarios
Esta versión supone una musicalización similar al poema de Miguel Hernández. Encontramos algunos cambios como cambiar el orden de la segunda estrofa «…Por una noche oscura de sartenes, redondas, pobres, tristes y morenas/ Como el mar de la playa a las arenas, voy en este naufragio de vaivenes…»; utiliza la tercera y cuarta estrofa a modo de estribillo de la canción.