La palmera levantina
La palmera levantina,
la columna que camina.
La palmera…
La palmera levantina,
la que otea la marina,
la mediterránea era.
La palmera levantina,
la que atrapa la primera
ráfaga de primavera,
la primera golondrina.
La señora de paisajes.
La que araña los luceros
y se ciñe los encajes
de las nubes, cual turbantes, a los zancos datileros.
El magnífico incensario
que se mece solitario
al final de una colina,
contra azul extraordinario…
¡La palmera levantina!
La que arranca
la primera hebra de luces
a la aurora blanca.
La que brinda sol en grano al verderol.
La que se arroja de bruces
contra el Sol.
La palmera la que encuna
al arcángel de la luna.
La que escalan los palmeros,
que le arrancan sus macizos lagrimones
entre risas y canciones
y jilgueros;
aunque a veces hacen llantos
risas y cantos,
cuando de un violento viento
sacudidos estos árboles tornátiles
echan todo el firmamento:
aves, palmas, hombres, dátiles.
La palmera levantina,
lo primero que ve el ojo marinero
de los mares de Levante.
¡La palmera de Alicante!
Vedla, fina,
palpitar en el confín.
Vedla, presa, en la retina
de Azorín.
Contempladla entre los ojos
rojos de belleza, rojos
de crepúsculos y pena de Miró:
del amante de las horas soleadas de la siesta,
de los corpus campesinos, de las fiestas
aldeanas
olorosas a cosechas y a campanas,
del que adoro tanto yo.
Vedla hecha largas varas
ante aras
en los templos, recordando que el Rabí a Jerusalén
fue triunfante en un pollino.
Contempladlas suspirando por el pino
del amargo Enrique Heine.
Como manos compañeras,
al dejar mis anchos valles virgilianos
y marchar de una mentira bella en pos,
como manos,
desde fondos de horizontes y colinas
me dijeron las palmeras
levantinas:
“¡Adiós!”.
Género
Poesía líricaAutor
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Nacimiento autor: 1910Fallecimiento autor: 1942Nacionalidad: EspañaGénero: Hombre
Poemario
Canción relacionada
Comentarios
Se trata de uno de los primeros poemas de Miguel Hernández, publicado el 24 de febrero de 1932 en el diario El Día, de Alicante. Además de la exaltación a la tierra levantina y de Alicante a través de la palmera, el poema refleja la admiración de Miguel Hernández por ciertos autores, como Virgilio, Azorín, Gabriel Miró y Heine.