Muerto yace ese buen Cid
Mverto yaze esse buen Cid,
que de Bivar se llamava,
Gil Díaz, su buen criado,
cumpliera lo que mandara.
Embalsamara su cuerpo,
y muy yerto se parava,
cara tiene de hermosura,
muy hermosa y colorada;
los ojos igual abiertos,
muy apuesta la su barba,
non parece que está muerto,
antes vivo semejava.
Y para que esté derecho
este ardid Gil Díaz vsava:
puso el cuerpo en vna silla,
vna tabla en las espaldas
y otra delante del pecho
y a los lados se juntaban;
llegaban baxo los braços
y el colodrillo tapavan.
Esta era la de atrás,
y otra llegava a la barba,
teniendo el cuerpo derecho,
a ningún cabo inclinava.
Doze dias son passados
después que el Cid acabara,
aderézanse las gentes
para salir a batalla
con Búcar, ese Rey Moro,
y contra la su canalla.
Quando fuera media noche,
el cuerpo assí como estava,
le ponen sobre Bavieca
y al caballo lo atavan.
Derecho está y muy igual,
estar vivo semejava,
calças tiene en las sus piernas
de blanco y negro labradas,
parecian brasoneras
ee las que en vida calçaba;
vistiéronle vestidura
que el pespunte se mostrava,
su escudo puesto al cuello
con su divisa ondeada;
capellina en su cabeza
de pergamino pintada;
parece que era de fíerro
según está bien labrada,
en la su mano derecha
la Tizona le fue atada;
sutilmente, a maravilla,
iba en la su mano alçada.
De vn cabo iba el Obispo
Don Gerónimo de fama,’
del otro iba Gil Díaz,
el que a Bavieca guiaba.
Salió don Pedro Bermudez
con seña del Cid alçada,
con quatrocientos fidalgos
que con él van en su guarda.
Saliera luego el recuage,
otros tantos lo guardavan;
saliera el cuerpo del Cid
con gente muy esforçada;
ciento son los guardadores
que el cuerpo honrado llevavan.
Tras él va doña Ximena
con toda la su compaña,
con seiscientos Cavalleros
que para guarda le davan;
callando van y tan paso
que veinte no semejavan.
Ya están fuera de Valencia,
claro el día se mostrava,
Alvar Fañez el primero
que arremetió con gran saña
contra el gran poder de Moros
que Búcar trae en su compaña.
Halló delante de sí
una Mora muy gallarda,
gran Maestra en el tirar
con saetas del aljava ,
de los arcos de Turquía
Estrella era nombrada
por la destreza que avía
en el herir de la xara.
Ella fuera la primera
que a cavallo cavalgara
con otras cien compañeras
muy valientes y esforçadas..
Los del Cid las fieren recio,
muertas en tierra quedaran;
visto lo avía el Rey Búcar
con los Reyes de su vanda
y quedan maravillados
en ver la gente Christiana:
setenta mil Cavalleros
les pareció que llegavan.
Todos blancos como nieve,
y uno que los assombrava,
más crecido que ninguno,
en blanco cavallo andava,
Cruz colorada en el pecho,
en su mano señal blanca,
la espada semeja a fuego
con que a los Moros llegava;
gran mortandad faze en ellos,
fuyendo van, que no aguardan.
El Rey Búcar y sus Reyes
el campo desamparavan,
camino van de la mar
do los navios estavan:
los del Cid los van firiendo,
ninguno avia de escapar,
en la mar se ahogan todos,
más de diez mil se anegavan,
que con la priessa que traen
todos juntos no se embarcan.
De los Reyes mueren veinte,
Búcar huyendo se escapa,
los del Cid ganan las riendas,
con mucho oro y mucha plata;
el más pobre queda rico
de lo que ende ganara.
Caminan para Castilla
como el buen Cid ordenava:
llegados son a San Pedro,
de Cardeña se nombrava,
do quedó el cuerpo del Cid,
el que a España tanto honrava.
Género
RomancesAutor
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Nacimiento autor: 1500Fallecimiento autor: 1600Nacionalidad: EspañaGénero: Hombre
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Este romance es luna de las reelaboraciones poéticas más conocida de la leyenda de la victoria después de muerto.