Romance de don Bueso «De las altas mares» – Anónimo (ed. Piñero)

Romance de don Bueso «De las altas mares» – Anónimo (ed. Piñero)

Título
Romance de don Bueso
Autor
Anónimo
Nacionalidad
España
Nacimiento

Si no se conoce la fecha exacta, se ofrece el primer año del rango posible, o bien 0000 (desconocido).
Fallecimiento

Si no se conoce la fecha exacta, se ofrece el primer año del rango posible, o bien 0000 (desconocido).
Poemario
Romancero viejo
Género poético
Romances
Publicación/Edición original
--
Edición utilizada
Romancero (Biblioteca Nueva, 2004)
Año de publicación original
0
Lugar de publicación original
--
Movimiento
Edad Media
Temas
Anagnórisis, Cautiverio, Don Bueso, y Relaciones cristiano-musulmanas
Texto (poema)

De las altas mares traen a la niña.

cubierta la traen d’oro y perlería;

en su cabeza lleva una piedra zafira

qu’arrelumbra de noche más que al mediodía.

¿Ónde la llevaría anesta cativa?

Ande la reina mora, qu’ahí lo merecía.

—¿Yo qué la quiería anesta cativa?

El rey es mancebo, se la namoraría—.

La niña hermosa, el rey la quiería,

la reina celosa a llorar se metía.

—Metelda, siñora, a lavar al varo,

que piedra colores y que cobre desmayos—.

Cuanto más la meten a lavar al varo,

más arrelumbraba el su puerpo galano.

—Quitalde, siñora, el beber del vino,

que piedra cololer, que cobre suspiros—.

Cuanto mas le quita el beber del vino

más arrelumbraba el su puerpo lucido.

Inda no’s de día ni amanecía,

cuando la blanca niña lavaba y espandía.

Su hermano, el don Bueso, por ahí pasaría.

— Oh, qué manos blancas en el agua fría.

Enteras parecen de una hermana mía.

¿Vos plaze, siñora, venir en mi compañía?

—Los paños del rey, ¿ónde los dejaría?

—Los que son deoro con ti los traerías,

los que son de seda al río dejarías.

—Oh, qué pachás blancas enriba el caballo.

Enteras parecen de un querido hermano.

Dicimi, mancebo, ¿ande me llevarías?

Estábamos cerca los campos d’Oliva?

—Dicimi, la niña, la niña lucida,

¿d’onde conocías los campos d’Oliva?

—Ahí fue criada y ahí fue nacida;

so hija de reyes, de bueno venida,

me cautivaron moros por la mañanica.

—Abrisme, mi madre, puertas del castillo,

que en lugar de nuera hija vos hay traído.

—Si es la mi nuera, entre en mi cillero;

si era mi hija, venga en los mis brazos.

—Abrisme, mi madre, puertas del palacio:

en lugar d’ernuera hija yo vos traigo.

—Si me traés hija, venga en los mism pechos;

si es mi nuera, entre en mi cillero—.

Esto que oyó la madre sus puetas abriría,

la besó y la abrazó, arriba la subiría.

Comentarios

Es solo una de las versiones del romance, ediada por Piñero.



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