Canto de independencia

Ariel Barreiros

Paso a paso, mi tierra vuelve a mí. Trozo a trozo,

vuelven la claridad y el día y el centeno.

Han querido arrojar tanta luz en un pozo,

en un pozo guardado por un puño de cieno.

 

Haciendo luz la luz y luz la sombra densa,

van los padres del sol, los padres del granito,

que hacen la espiga grande, y hacen la vida inmensa

y el vientre de las madres poblado de infinito.

 

Déjame, que me vaya madre a la guerra,

déjame blanca hermana, novia morena.

Y después de dejarme junto a las balas,

Mándame a la trinchera flores y cartas.

 

Aprende en estas vidas, aprende como aprendo:

aprende a ser un hombre bien clavado en el barro,

lo mismo que estos hombres que mueren encendiendo

la mecha, la sonrisa, la muerte y el cigarro.

 

¡Fuera de aquí, egoístas de retorcidas manos,

dispuestos a negar la pureza en la nieve!

Sois también invasores como los italianos,

como la dinamita que sobre España llueve.

 

Déjame, que me vaya madre a la guerra,

déjame blanca hermana, novia morena.

Y después de dejarme junto a las balas,

Mándame a la trinchera flores y cartas.

 

Escoged bien la piedra para grabar los nombres,

la eternidad, los rasgos, la vida, la figura

de la definitiva materia de estos hombres,

hasta volverla carne de siglos y hermosura.

 

España se levanta limpia como las hojas,

limpias con el sudor del hombre y las mañanas,

y aún sonarán los nombres y las pisadas rojas

cuando el bronce no suene y el cañón eche canas.

 

Déjame, que me vaya madre a la guerra,

déjame blanca hermana, novia morena.

Y después de dejarme junto a las balas,

Mándame a la trinchera flores y cartas.

 

(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).

Intérprete

Nacionalidad: Cuba

Detalles discográficos

Tipo: Álbum
Título del álbum: Una canción para Miguel
Año: 2009
Discográfica: A Guitarra Limpia (Centro Pablo)

Comentarios

Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. El autor utiliza las estrofas primera, cuarta, quinta, duodécima, decimoséptima y decimonovena para componer la canción; introduce, además, a modo estribillo los tres primeras estrofas de otro poema de Miguel Hernández: Déjame que me vaya.

«…Déjame que me vaya,/madre, a la guerra.

Déjame, blanca hermana,/novia morena.

Y después de dejarme/junto a las balas,/mándame a la trinchera/besos y cartas…»

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