Título
Intérprete
Álbum
Género
Año
Nacionalidad del cantante
Poema relacionado
Relación con el poema
Buscar en la letra
Buscar en los comentarios
Amalgama. Rayden (con Leonor Watling). Antónimo. Warner Music. 2017.
El amor que no madura se amorfa
Le crecen manos y amordaza
Se muerde la lengua hasta que amarga
Se transforma y muta en amenaza
El amor que sí madura se amarra
Le crecen risas y ameniza
El mejor apoyo y amortigua
El mayor tesoro y amortiza
Ama sin complejos, sin condiciones pero ama
Hasta que los besos sean la bajera de la cama
Que baje tu Dios y vea que solo son cuerpo y alma
Son fuego y se prenden sin quemarse, aguantan la llama
Ama hasta que seas desorden y caos, ama
Donde se termina el prejuicio, el deseo habla
Que digan lo que les venga en gana en serio que rabien
Ama hasta que lo pierdas todo menos las ganas
Ama en defensa propia, amor propio, prohibido
En todas direcciones, en ambos sentidos
Dirigido, recíproco, de recibo
El amor llama amor a lo que llamáis desvío
Ama lo imperfecto, ama ese defecto, ama
A veces lo mejor se pelea con lo incorrecto
No ames ser el centro, no ames el egoísmo
No odies ser quien eres, empieza a amarte a ti mismo
Quién lo probó, quién lo probó lo sabe
Quién lo probó, quién lo probó lo sabe
Beber veneno (vivir sin freno)
Creer que el cielo en un infierno cabe
Beber veneno, quién lo probó lo sabe
Esto es amor
Ama sin reservas, sin verbos ni restricciones
Ama sin amos, sin manos pero con lengua
Que todas las guerras que tengas sean de cama
Y que ninguno de los dos bandos quiera firmar la tregua
Hasta que se corra la tinta de los renglones
Ama sin reglas, sin etnias ni pasaporte
Entre ese par de bocas que quieren perder el norte
No hay visa, el beso es la única vía que hay de transporte
Ama sin medida, sin límites, sin ponerle nombre
Pero mirando bien a ambos lados
El amor no se pide prestado
Pero se presta a ello así que espera lo inesperado
Ama sin preguntas que te amarán sin respuestas
Ama aunque lo apuestes todo y dobles la apuesta
Ama aunque hayas amado y después lo pierdas
Amar es una rama que siempre dará la vuelta
Quién lo probó, quién lo probó lo sabe
Quién lo probó, quién lo probó lo sabe
Beber veneno (vivir sin freno)
Creer que el cielo en un infierno cabe
Beber veneno, quién lo probó lo sabe
Esto es amor
Esto es amor
Esto es amor
Beber veneno, con licor suave
Esto es amor
Beber veneno, en un infierno cabe
Esto es amor
Beber veneno, con licor suave
Esto es amor
Esto es amor, quién lo probó lo sabe
Esto es amor
Esto es amor, quién lo probó lo sabe
Esto es amor
Esto es amor, quién lo probó lo sabe
Esto es amor
Esto es amor, quién lo probó lo sabe
(Transcripción propia a partir del audio; a falta de fuente escrita, la puntuación y ortografía son estimadas)
La cita de algunos versos del soneto de Lope de Vega se produce con ligeras variaciones y adiciones. Además, hay una alusión velada a los versos «Tristes guerras / si no es de amor la empresa», del Cancionero y romancero de ausencias de Miguel Hernández.
¡Qué necesidad!. Luis Eduardo Aute. El niño que miraba el mar. Sony Music. 2012.
Sólo dos cosas son infinitas, el Universo y la estupidez humana.
Y del Universo, no estoy seguro.
Albert Einstein
Hay veces que aún me pregunto,
y sé que no tengo perdón,
por ese diabólico asunto
que dicen que es tu Creación.
Y no es por sondear su diseño,
que al fin sólo es una ecuación
o acaso la prole de un sueño
parido por una Explosión.
Tampoco por ser Uno y Trino,
que es casi una regla de tres,
por mucho que sea mi sino
buscarle a tu gato, tres pies.
Lo que es para mí un gran desgaste,
al filo ya de mi vejez,
es no saber por qué creaste
el monstruo de la estupidez.
Todo lo entiendo, Dios mío,
todo lo entiendo menos el desastre
de crear el lastre
de la necedad…
¡Qué necesidad
tanta necedad!
¡Qué necesidad!
Discúlpame el atrevimiento,
ya sé que no tienes edad…
pero es que no puedo, lo siento
me mata la curiosidad.
Ya no me sorprende, Dios mío,
que abrace tu Fe el vil metal
haciendo que el Libre Albedrío
se erija en estatua de sal,
ni que el paraíso del necio
se logre trepando al Poder
en donde el valor tiene el precio
que marca la Ley del «croupier».
El pánico que me desquicia
de tu Universal Sinrazón
es que el virus de la estulticia
se enganche a la procreación.
Todo lo entiendo, Dios mío,
todo lo entiendo menos el desastre
de crear el lastre
de la necedad…
¡Qué necesidad
tanta necedad!
¡Qué necesidad!
Sé que harto del aburrimiento
de tanto feliz querubín,
te diste al entretenimiento
de armarnos la de San Quintín.
Comprende que ya no me asombre
que muestres tu rostro más cruel
cediendo el aval de tu Nombre
al látigo contra el infiel.
Te ruego, desátame del nudo,
que ya no soporto este estrés,
explícame Tú, tan sesudo,
de qué va este androide al revés,
que cree que una vez fue un primate
que en su evolución racional
segó de raíz el debate
del Árbol del Bien contra el Mal.
Todo lo entiendo, Dios mío,
todo lo entiendo menos el desastre
de crear el lastre
de la necedad…
¡Qué necesidad
tanta necedad!
¡Qué necesidad!
Poema y canción están introducidos por la misma cita de Albert Einstein y tratan sobre la estupidez. Ambos utilizan lenguaje religioso y en ambos el autor se queja de no entender por qué Dios creó la estupidez. Los últimos versos del poema reformulan el estribillo de la canción: «Sólo una cosa/ no me cabe en la cabeza:/ tantísima sobredosis/ de sub-lime/ estulticia.» También tiene relación con el poema «Stupid Cupid» del mismo autor, que abunda sobre el mismo tema y acaba con los versos «Sólo una cosa no entiendo:/ ¿era necesaria la necesidad/ de tanta necedad?»
Junto al mar. Noviembre. Crónicas. --. 1990.
Si muero, que me pongan desnuda,
desnuda junto al mar.
Serán las aguas grises mi escudo
y no habrá que luchar.
Serán las aguas grises mi escudo
y no habrá que luchar.
Si muero que me dejen a solas.
La mar es mi jardín.
No puede, quien amaba las olas,
desear otro fin.
No puede, quien amaba las olas,
desear otro fin.
Yo volveré a nacer. (x4)
Oiré la melodía del viento,
la misteriosa voz.
Será por fin vencido el momento
que siega como hoz.
Será por fin vencido el momento
que siega como hoz.
Que siega pesadumbres. Y cuando
la noche empiece a arder,
soñando, sollozando, cantando,
yo volveré a nacer.
soñando, sollozando, cantando,
yo volveré a nacer.
Yo volveré a nacer. (Varias veces hasta terminar)
(Transcripción propia a partir del audio de la canción; a falta de fuente escrita, la puntuación y ortografía son estimadas)
Musicalización casi idéntica, excepto que el yo lírico es femenino, con los consiguientes cambios de género en el texto, y se repite el verso final del poema («Yo volveré a nacer») a lo largo de la canción a modo de estribillo.
A la inmensa mayoría. Adolfo Celdrán. La Palabra Más. Cantando a Blas de Otero y Celaya. Sello Autor. 2003.
Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos su versos.
Así es, así fue. Salió una noche
echando espuma por los ojos, ebrio
de amor, huyendo sin saber adónde:
a donde el aire no apestase a muerto.
Tiendas de paz, brizados pabellones,
eran sus brazos, como llama al viento;
olas de sangre contra el pecho, enormes
olas de odio, ved, por todo el cuerpo.
¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces
en vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles peces de metal recorren
las espaldas del mar, de puerto a puerto.
Yo doy todos mis versos por un hombre
en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
mi última voluntad. Así nos dijo,
luchando contra el odio.
Peces de ciudad. Joaquín Sabina. Dímelo en la calle. Sony BMG y Ariola. 2002.
Se peinaba a lo garçon
la viajera que quiso enseñarme a besar
en la gare d’Austerlitz.
Primavera de un amor
amarillo y frugal como el sol
del veranillo de san Martín.
Hay quien dice que fui yo
el primero en olvidar
cuando en un si bemol de Jacques Brel
conocí a mademoiselle Amsterdam.
En la fatua Nueva York
da más sombra que los limoneros
la estatua de la Libertad,
pero en desolation row
las sirenas de los petroleros
no dejan reír ni volar,
y, en el coro de Babel,
desafina un español.
No hay más ley que la ley del tesoro
en las minas del rey Salomón.
Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje.
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.
Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad
que mordieron el anzuelo,
que bucean a ras del suelo,
que no merecen nadar.
El Dorado era un champú,
la virtud unos brazos en cruz,
el pecado una página web.
En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.
Cuando en vuelo regular
pisé el cielo de Madrid
me esperaba una recién casada
que no se acordaba de mí.
[Estribillo]
[Letra tomada de Joaquín Sabina, Con buena letra (Madrid: Temas de Hoy, 2002), p. 218]
En el estribillo, el verso «por mis sueños va, ligero de equipaje», alude al verso de Machado en su célebre «Retrato»: «me encontraréis a bordo ligero de equipaje». Nótese que en ambos textos se comparte el espacio metafórico de un barco en el mar, pero con sentidos distintos. Además, en la letra Sabina menciona unos «limoneros» que cabe también suponer que aluden al mismo poema de Machado: «Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, / y un huerto claro donde madura el limonero». Junto a estas, Sabina incluye alusiones a la cultura popular y otras formas de literatura, como la canción de Bob Dylan «Desolation Row» o la Comala de la novela Pedro Páramo (1955), de Juan Rulfo, entre otras.
Se incluye aquí la canción interpretada por el propio Sabina en 2002, porque fue el autor de la letra con Pancho Varona, pero antes la había interpretado Ana Belén en el álbum Peces de ciudad de 2001.
Tigre de Bengala. Xoel López. Si mi rayo te alcanzara. Sony Music. 2020.
Me encontré desnudo en medio del desierto,
confundí sus dunas con olas de mar,
intentando un viejo paso de merengue.
Me olvidé de que olvidé cómo bailar,
asomado a los barrancos de la noche,
sumergido en el sombrero de un disfraz.
Las criaturas me miraron fijamente,
y me dijeron: “chico, vuelve a tu lugar”.
¡Ah!
Me dijeron: “chico vuelve a tu lugar”.
¡Ah!
(Me dijeron: “chico vuelve a tu lugar”).
Las sirenas me besaron dulcemente,
me embriagaron mis anhelos de verdad,
y aún no sé si es que no estuve acertado,
o realmente lo que quise fue fallar.
Me crucé con un amor que yo creí haber olvidado.
Su reflejo me hizo ver con claridad:
los aciertos son errores del pasado
y los errores un camino que abrazar.
¡Ah!
Los errores un camino que abrazar.
¡Ah!
(Los errores un camino que abrazar).
(Ahora eres hijo de la madrugada
y descubres en la bruma tu verdad).
Sé que esconde su bombón envenenado.
Sé que guarda su belleza tras su telón de alquitrán.
Ya me guían las estrellas de la noche,
me regalan sus consejos cuando las veo brillar.
(Necesitas una escalera muy grande
para subir al cielo al que quieres llegar).
¡Ah!
Para subir al cielo al que quiero llegar.
¡Ah!
(Para subir al cielo al que quieres llegar).
Y si el tigre de Bengala (se salva),
y si Tom Hanks a la deriva (se salva),
y si David con una honda (se salva),
¿por qué yo no me habría de salvar?
(Y si el rayo que no cesa) te alcanza,
(y si una luz cegadora) te alcanza,
(y si un disparo de nieve) te alcanza,
y si el golpe del gigante te derriba,
¡arriba y arriba!,
¿por qué yo no me habría de salvar?
(¿Por qué tú no te habrías de salvar?).
¡Arriba y arriba!
(La ra ra ra ra ra ra ra ra).
(¿Por qué yo no me habría de salvar?).
[Transcripción propia a partir del audio; la puntuación es aproximada].
La canción incluye en uno de sus versos el título del libro de Miguel Hernández, El rayo que no cesa: «(Y si el rayo que no cesa) te alcanza». Para poderlo reflejar en esta base de datos, se ha optado por relacionarlo concretamente con el poema [¿No cesará este rayo que me habita?], pero la relación es con el poemario en su conjunto. Asimismo, hay citas a otras canciones, especialmente, «Ojalá», de Silvio Rodríguez (Al final de este viaje, 1978), cuando dice: «(Y si una luz cegadora) te alcanza. / (Y si un disparo de nieve) te alcanza».
Si mi rayo te alcanzara. Xoel López. Si mi rayo te alcanzara. Sony Music. 2020.
¿Cómo puedes decir
que eres mi amigo,
clavando tus palabras
en mi espalda;
si ríes cuando
muerdo el polvo
de la alfombra
que tiendes a mi paso;
si bebo de tu vaso
mi sangre derramada?
¡Oh, como un caballero griego trágico!
¡Oh, no eres nada sin tu polvo mágico!
Y si pudieras verte a través de mis ojos,
si mi propio rayo te alcanzara,
¿seguirías desertando de la vida
o volverías como la primera vez,
como un pez
remontando las aguas?
¡Oh, como un caballero griego trágico!
¡Oh, no eres nada sin tu polvo mágico!
Y, si te veo caer (y si te veo caer),
como la bestia en el tendido,
no me verás aplaudir (no me verás aplaudir),
ya no estaré allí contigo.
Y como un caballero griego trágico.
¡Oh, oh, oh!
No eres nada sin tu polvo mágico.
¡Oh, oh, oh!
Y si te veo caer (como un caballero griego trágico)
[Se confunden la voz del cantante y el coro, mezclando varias veces estas palabras hasta terminar la canción]
[Transcripción propia a partir del audio; la puntuación es aproximada].
La canción alude en el título y en varios versos al libro de Miguel Hernández, El rayo que no cesa, por el uso que hace Xoel López de las palabras cesar y rayo. Para poderlo reflejar en esta base de datos, se ha optado por relacionarlo concretamente con el poema [¿No cesará este rayo que me habita?], en el que se incluyen estas dos mismas palabras. Xoel López ha reconocido en entrevistas esta alusión a Miguel Hernández, no solo en esta canción, sino en el álbum completo, que tiene el mismo título. Por ejemplo: https://experpento.com/xoel-lopez-si-mi-rayo-te-alcanzara/ . A la luz de esta intertextualidad reconocida, es plausible que también haya una alusión al Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías en los versos «si bebo de tu vaso / mi sangre derramada», ya que la segunda parte del poema de Federico García Lorca se titula «La sangre derramada».
Vientos del pueblo. Ebri Knight. Guerrilla. Maldito Records. 2018.
Yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama.
Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.
Tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?
Tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Vencedores seremos
porque somos titanes,
sonriendo a las balas
y gritando adelante. [Estrofa x 3]
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.
Vencedores seremos
porque somos titanes,
sonriendo a las balas
y gritando adelante. [Estrofa x 2]
Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
[Transcripción propia a partir del audio; la puntuación es aproximada].
En la musicalización se eligen algunas de las estrofas del poemas original, y algunas de ellas se repiten por necesidades melódicas. Más información en: https://ebris.cat/es/discografia/guerrilla
He andado muchos caminos. Noel Luna. Noel Luna. Autoeditado. 2021.
He andado muchos caminos,
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.
En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,
y pedantones al paño
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.
Mala gente que camina
y va apestando la tierra…
Mala gente que camina
y va apestando la tierra…
¡Ahhh!
Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.
Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan a dónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,
y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino, agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.
¡Ahhhh!
(Transcripción propia a partir del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas)
La canción, fiel a la estructura original del poema (a excepción, en favor de la musicalidad de la pieza, de la repetición de dos versos «Mala gente que camina / y va apestando la tierra…»), es una composición musical de estilo trovadoresco totalmente original que no está basada en ninguna otra versión anterior. Canción de compás ternario (¾) en tonalidad de mi menor (Em). La versión está grabada con voz, guitarra, pandero cuadrado y crótalos.
A mi gran Josefina adorada. Sole Candela & Sitoh Ortega. La tierra callada. Autoeditado. 2017.
No se ha podido tener acceso a la letra.
Realmente, el trabajo en el que se encuentra la musicalización de este poema, no es un disco en sí, sino una serie de actuaciones y eventos multidisciplinares de ambos artistas que comienzan en 2017, pero cuyo última muestra podemos encontrar en 2021. Aunque no aparece la musicalización de poema en cuestión, se puede ver una muestra de estas actuaciones en la web del músico y fotógrafo Sitoh Ortega
Tus cartas son un vino. Grupo Lux Aeterna. Recuerdos de un poeta. Autoeditado. 2017.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Desde que estoy ausente
no sé sino soñar,
igual que el mar tu cuerpo,
amargo igual que el mar.
Tus cartas apaciento
metido en un rincón
y por redil y hierba
les doy mi corazón.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme, paloma,
que yo te escribiré.
Cuando me falte sangre
con zumo de clavel,
y encima de mis huesos
de amor cuando papel.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización idéntica del poema de Miguel Hernández.
Tus cartas son un vino. Soledad Jiménez. El canto que no cesa. Homenaje a Miguel Hernández. Dulcimer Songs. 2017.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Desde que estoy ausente
no sé sino soñar,
igual que el mar tu cuerpo,
amargo igual que el mar.
Tus cartas apaciento
metido en un rincón
y por redil y hierba
les doy mi corazón.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme, paloma,
que yo te escribiré.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme, paloma,
que yo te escribiré.
Cuando me falte sangre
con zumo de clavel,
y encima de mis huesos
de amor cuando papel.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. Este tema toma su letra de la versión creada por Joan Manuel Serrat.
Tus cartas son un vino. Joan Manuel Serrat. Hijo de la luz y de la sombra (Miguel Hernández). Sony Music. 2010.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Desde que estoy ausente
no sé sino soñar,
igual que el mar tu cuerpo,
amargo igual que el mar.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme, paloma,
que yo te escribiré.
Cuando me falte sangre
con zumo de clavel,
y encima de mis huesos
de amor cuando papel.
Tus cartas apaciento
metido en un rincón
y por redil y hierba
les doy mi corazón.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme, paloma,
que yo te escribiré.
Cuando me falte sangre
con zumo de clavel,
y encima de mis huesos
de amor cuando papel.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernandez. Se utilizan, para componer la canción, todas las estrofas del poema, pero modificando su orden. Además, se usa la cuarta estrofa a modo de estribillo: «…Aunque bajo la tierra/mi amante cuerpo esté,/escríbeme, paloma,/que yo te escribiré…».
Tus cartas son un vino. Fraskito. Tierra y sangre (Un homenaje Miguel Hernández). Frasko Records. 2010.
No se ha podido tener acceso a la letra.
No se ha tenido acceso al audio, ni la letra. Se tiene noticia de esta canción a través de esta fuente.
Tus cartas son un vino. Lianny Otero. Una canción para Miguel. A Guitarra Limpia (Centro Pablo) y SGAE. 2009.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Desde que estoy ausente
no sé sino soñar,
igual que el mar tu cuerpo,
amargo igual que el mar.
Tus cartas apaciento
metido en un rincón
y por redil y hierba
les doy mi corazón.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme, paloma,
que yo te escribiré.
Cuando me falte sangre
con zumo de clavel,
y encima de mis huesos
de amor cuando papel.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización idéntica del poema de Miguel Hernández.
Tus cartas son un vino. Paco Damas. Tristes guerras (Miguel Hernández). Buho Man Discos. 2009.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Desde que estoy ausente
no sé sino soñar,
igual que el mar tu cuerpo,
amargo igual que el mar.
Tus cartas apaciento
metido en un rincón
y por redil y hierba
les doy mi corazón.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme, paloma,
que yo te escribiré.
Cuando me falte sangre
con zumo de clavel,
y encima de mis huesos
de amor cuando papel.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. Se utilizan todas las estrofas del poema para componer la canción, pero la primera de estas, «…Tus cartas son un vino/que me trastorna y son/el único alimento/para mi corazón…», se repite a modo de estribillo.
Tus cartas son un vino. Toyo Gabarrús. Voces de romAmor. Autoeditado. 2007.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Desde que estoy ausente
no sé sino soñar,
igual que el mar tu cuerpo,
amargo igual que el mar.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra
que yo te escribiré.
Cuando me falte sangre
con zumo de clavel,
y encima de mis huesos
de amor cuando papel.
Tus cartas apaciento
metido en un rincón
y por redil y hierba
les doy mi corazón.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra
que yo te escribiré.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra
que yo te escribiré.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización similar al poema de Miguel Hernández. Se utilizan, ppara componer la canción, todas las estrofas del poema salvo la cuarta; esta, es en realidad sustituida por la quinta estrofa del poema Carta: «…Aunque bajo la tierra/mi amante cuerpo esté,/escríbeme a la tierra/que yo te escribiré…».
Esta estrofa es, además, usada a modo de estribillo en la canción.
A mi gran Josefina adorada. Los del Yerbal. De la esperanza. Ceibo. 1986.
No se ha podido tener acceso a la letra.
No se ha tenido acceso al audio, ni la letra. Se tiene noticia de esta canción a través de esta fuente.
Tres heridas. Burrito Panza. Entreñable y lamentable. El genio equivocado. 2017.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. Se repite dos veces el poema para alargar la duración de la canción.
Llegó con tres heridas. Sole Candela & Sitoh Ortega. La tierra callada. Autoeditado. 2017.
No se ha podido tener acceso a la letra.
Realmente, el trabajo en el que se encuentra la musicalización de este poema, no es un disco en sí, sino una serie de actuaciones y eventos multidisciplinares de ambos artistas que comienzan en 2017, pero cuyo última muestra podemos encontrar en 2021. Aunque no aparece la musicalización de poema en cuestión, se puede ver una muestra de estas actuaciones en la web del músico y fotógrafo Sitoh Ortega
Llegó con tres heridas. Francisco Pesqueira. Nada te turbe. Acqua Records. 2013.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización idéntica del poema de Miguel Hernández. Tras el final de la canción se recita el poema.
Llegó con tres heridas. Eleni Peta. Duende. Melody Maker Single Member. 2011.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. Se repite dos veces el poema para alargar la duración de la canción.
Llegó con tres heridas. Colectivo de Músicas Mestizas. Las tres heridas. Solfatara. 2010.
No se ha podido tener acceso a la letra.
Esta musicalización formaba parte de un acto multidisciplinar realizado en el Cine Víctor Espacio Multicultural de Santa Cruz de Tenerife, los días 29 y 30 de octubre de 2010 (multimedia Las 3 heridas), y para la gala artística del Festival 3 orillas (La Laguna Capital Mundial de la Poesía) del 12 de noviembre de 2010 en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna.
Llegó con tres heridas. Susanna Canessa. Nefeli. Ca´Bianca. 2010.
È arrivato con tre ferite:
quello dell’amore,
quello della morte,
quello della vita.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Ésta versión supone una musicalización idéntica del poema de Miguel Hernández; la canción es introducida por la primera estrofa en italiano.
Llegó con tres heridas. Lucho Roa. Rabdomantes. Autoeditado. 2008.
No se ha podido encontrar la letra de la canción.
Este autor chileno editó un disco en 2008 donde incluye una versión de este poema. No se ha podido acceder a la letra de la canción. Se puede encontrar el disco en su propia web.
Compañero del alma. Mercedes Sosa. Flamencópolis. Universal Music Group. 2006.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Qué carabedio pongo?
Cuando te veo te miro por la rivera del hombro.
Que va a la luna, a empujarme a quererte como a ninguna.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Quién llenará este vacío de cuerpo desalentado, que dejó tu cuerpo al mío.
Ay! el rincón de tu vientre, cayeron de tu calle, cayeron sin salida…
Y aquí quisiera tenerte para desenamorarme.
Después del amor la tierra, después del amor la tierra, después de la tierra nadie.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización simillar del poema de Miguel Hernández. Se repite dos veces el poema, pero también se usan versos de otros poemas del autor: «…Después del amor la tierra, después del amor la tierra, después de la tierra nadie…», perteneciente al poema Después del amor.
Llegó con tres heridas. Cecilia Echenique y Eduardo Peralta. Hoy como ayer. Autoeditado. 2017.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. Se repite dos veces el poema para alargar la duración de la canción.
Llegó con tres heridas. Eliseo Parra. Spain in my heart. Canciones de la guerra civil española. Resistencia. 2003.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. Se repite dos veces el poema para alargar la duración de la canción
Llegó con tres heridas. Erramun Martikorena. Herrian. Agorila. 1997.
Hiru zaurituta iritsi zen:
maitasunarena, heriotzarena, bizitzarena.
Hiru zaurirekin dator:
bizitzarena, maitasunarena, heriotzarena.
Hiru zaurirekin I:
bizitzarena, heriotzarena, maitasunarena.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. Se repite dos veces el poemas para componer la canción, la primera de ellas se canta en esukera.
Las tres heridas. Sebastián Solís. Best of Latin America. ARC. 1997.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización similar al poema de Miguel Hernández. Se repite el poema dos veces para alrgar la duración de lacanción
Llegó con tres heridas. Canta U Populu Corsu. Sintineddi. Albiana. 1995.
No se ha podido tener acceso a la letra.
Aunque tenemos prueba directa de la existencia del disco donde se encuentra esta versión, no hemos podido encontrar, entre los recursos digitales que tenemos a disposición, archivos sonoros.
Llegó con tres heridas. Nana Mouskouri. Nuestras canciones. Philips. 1991.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Ésta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. Ser repite dos veces el poema para alargar la duración del tema.
Llegó con tres heridas. Los trovadores sudamericanos. Weihnachten Mit Den Trovadores Sudamericanos. Tyrolis. 1991.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización simillar del poema de Miguel Hernández. Se repite dos veces el poema para dar más duración a la canción.
Llegó con tres heridas. Aliki Kayaloglou. Canciones de España y de América Latina. Sirius. 1986.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. En esta canción se repite dos veces el poema con el mismo orden y estructura que el original.
Llegó con tres heridas. Los Juglares. Está despuntando el alba. Homenaje a Miguel Hernández. Ariola. 1976.
Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización idéntica del poema de Miguel Hernández.
Llegó con tres heridas. Francisco Curto. Miguel Hernández, cada vez más presente. --. 2008.
No se ha podido tener acceso a la letra.
No se ha tenido acceso al audio, ni la letra. Se tiene noticia de esta canción a través de esta fuente.
Aceituneros. Sole Candela & Sitoh Ortega. La tierra callada. Autoeditado. 2017.
No se ha podido tener acceso a la letra.
Realmente, el trabajo en el que se encuentra la musicalización de este poema, no es un disco en sí, sino una serie de actuaciones y eventos multidisciplinares de ambos artistas que comienzan en 2017, pero cuyo última muestra podemos encontrar en 2021. Aunque no aparece la musicalización de poema en cuestión, se puede ver una muestra de estas actuaciones en la web del músico y fotógrafo Sitoh Ortega
Andaluces de Jaén. El Camperol. Leben, kämpfen, solidarisieren. Trikont. 1976.
No se ha podido tener acceso a la letra.
Aunque tenemos prueba directa de la existencia del disco donde se encuentra esta versión, no hemos podido encontrar, entre los recursos digitales que tenemos a disposición, archivos sonoros.
Aceituneros. Enrique Morente. Y al volveer la vista atrás. Warner Music Spain. 2015.
Andaluces de Jaén, aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién, quién levantó los olivos?
Andaluces de Jaén, aceituneros altivos
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador que se enriqueció en la herida
que se enriqueció en la herida generosa del sudor,
que se enriqueció en la herida generosa del sudor.
No la del terrateniente, no la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza, que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Que os pisoteó la frente, que os redujo la cabeza.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. Para componer la canción, el autor utiliza las estrofas primera,sexta y séptima. Se produce, además la repetición propia del cante flamenco para dotar de dramatismo cada estrofa: «…Vuestra sangre, vuestra vida,/no la del explotador que se enriqueció en la herida/que se enriqueció en la herida generosa del sudor,/que se enriqueció en la herida generosa del sudor.
Esta canción fue censurada en su disco original de 1971, Homenaje flamenco a Miguel Hernández, pero se recuperó para esta recopilación.
El niño yuntero. Ángel Corpa. Escríbeme a la tierra. --. 2018.
No se ha podido tener acceso a la letra.
No se ha tenido acceso al audio, ni la letra. Se tiene noticia de esta canción a través de esta fuente.
El niño yuntero. Colectivo de Músicas Mestizas. Las tres heridas. Solfatara. 2010.
No se ha podido tener acceso a la letra.
Esta musicalización formaba parte de un acto multidisciplinar realizado en el Cine Víctor Espacio Multicultural de Santa Cruz de Tenerife, los días 29 y 30 de octubre de 2010 (multimedia Las 3 heridas), y para la gala artística del Festival 3 orillas (La Laguna Capital Mundial de la Poesía) del 12 de noviembre de 2010 en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna.
El niño yuntero. Laura Simó/Francesc Burrull. Temps de pluja. Temps Record. 2010.
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.
Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.
Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.
Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.
A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.
Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.
Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.
Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.
Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.
Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.
¿Quién salvará este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombre jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización idéntica del poema de Miguel Hernández.
El niño yuntero. Lorena Astudillo. Tras de una ausencia. Autoeditado. 2007.
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
¿Quién salvará este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombre jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. El autor utiliza, para componer la canción las estrofas primera, cuarta, sexta, decimoprimera, decimocuarta y decimoquinta.
El niño yuntero. Paca Quintero. Las dos Españas. PDS. 1976.
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.
Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.
Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.
Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.
A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.
Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.
Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.
Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.
Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.
Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.
¿Quién salvará este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombre jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización idéntica del poema de Miguel Hernández.
El niño yuntero. Mocedades. El color de tu mirada. Novola. 1976.
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.
Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado…
Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra.
A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.
Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.
A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido.
¿Quién salvará este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombre jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. el autor, para componer la canción, utiliza las estrofas primera, segunda, cuarta, quinta, séptima, novena, decimosegunda y decimotercera.
El niño yuntero. Los Juglares. Está despuntando el alba. Homenaje a Miguel Hernández. Ariola. 1976.
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.
Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.
Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.
Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.
A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.
Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.
Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.
Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.
Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.
Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.
¿Quién salvará este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombre jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández.
El niño yuntero. Francisco Curto. Miguel Hernández, cada vez más presente. --. 2008.
No se ha podido tener acceso a la letra.
No se ha tenido acceso al audio, ni la letra. Se tiene noticia de esta canción a través de esta fuente.
El niño yuntero. Paco Bandeira. Amigos, amigos.... imavox. 1979.
No se ha podido tener acceso a la letra.
Aunque tenemos prueba directa de la existencia del disco donde se encuentra esta versión, no hemos podido encontrar, entre los recursos digitales que tenemos a disposición, archivos sonoros.
El niño yuntero. Victor Jara. El derecho de vivir en paz. WEA, Warner Music Chile y DRO/EastWest Spain. 2003.
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
¿Quién salvará este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombre jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta musicalización supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. Para componer la canción, el autor utiliza, con el mismo orden y estructura, las estrofas primera, cuarta, sexta, decimoprimera, decimotercera y decimocuarta. Se repite, a modo de estribillo las sexta estrofa: «…Contar sus años no sabe,/y ya sabe que el sudor/es una corona grave/de sal para el labrador…».
Esta versión aparece en la reedición de 2003 del disco El derecho de vivir en paz, de 1971. Además, podemos encontrarla en el disco homenaje a Miguel Hernández La palabra más tuya. Cantando a Miguel Hernández, de 2006.
Por los campos luchados. Colectivo de Músicas Mestizas. Las tres heridas. Solfatara. 2010.
No se ha podido tener acceso a la letra.
Esta musicalización formaba parte de un acto multidisciplinar realizado en el Cine Víctor Espacio Multicultural de Santa Cruz de Tenerife, los días 29 y 30 de octubre de 2010 (multimedia Las 3 heridas), y para la gala artística del Festival 3 orillas (La Laguna Capital Mundial de la Poesía) del 12 de noviembre de 2010 en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna.