El niño yuntero
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
¿Quién salvará este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombre jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
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Esta musicalización supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. Para componer la canción, el autor utiliza, con el mismo orden y estructura, las estrofas primera, cuarta, sexta, decimoprimera, decimotercera y decimocuarta. Se repite, a modo de estribillo las sexta estrofa: «…Contar sus años no sabe,/y ya sabe que el sudor/es una corona grave/de sal para el labrador…».
Esta versión aparece en la reedición de 2003 del disco El derecho de vivir en paz, de 1971. Además, podemos encontrarla en el disco homenaje a Miguel Hernández La palabra más tuya. Cantando a Miguel Hernández, de 2006.