Góngora
No a las palomas concedió Cupido
juntar de sus dos picos los rubíes,
cuando al clavel el joven atrevido,
las dos hojas le chupa, carmesíes.
Cuantas produce Pafo, engendra Gnido,
negras vïolas, blancos alhelíes,
llueven sobre el que Amor quiere que sea
tálamo de Acis y de Galatea.
Salamandria del sol, vestido estrellas,
latiendo el Can del cielo estaba, cuando
– polvo el cabello, húmidas centellas,
si no ardientes aljófares sudando –
llegó Acis; y de ambas luces bellas
dulce occidente viendo al sueño blando,
su boca dio, y sus ojos cuanto pudo,
al sonoro cristal, al cristal mudo.
No a las palomas concedió Cupido
juntar de sus dos picos los rubíes,
cuando al clavel el joven atrevido,
las dos hojas le chupa, carmesíes.
Cuantas produce Pafo, engendra Gnido,
negras vïolas, blancos alhelíes,
llueven sobre el que Amor quiere que sea
tálamo de Acis y de Galatea.
Salamandria del sol, vestido estrellas,
latiendo el Can del cielo estaba, cuando
– polvo el cabello, húmidas centellas,
si no ardientes aljófares sudando –
llegó Acis; y de ambas luces bellas
dulce occidente viendo al sueño blando,
su boca dio, y sus ojos cuanto pudo,
al sonoro cristal, al cristal mudo.
Género
ElectrónicaDetalles discográficos
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Musicalización de las estrofas XLII y XXIV de la Fábula de Polifemo y Galatea de Luis de Góngora.