Joselito en su gloria
Llora, Giraldilla mora,
lágrimas en tu pañuelo.
Mira cómo sube al cielo
la gracia toreadora.
Niño de amaranto y oro,
cómo llora tu cuadrilla
y cómo llora Sevilla,
despidiéndote del toro.
Tu río, de tanta pena,
deshoja sus olivares
y riega los azahares
de su frente, por la arena.
Dile adiós, torero mío,
dile adiós a mis veleros
y adiós a mis marineros,
que ya no quiero ser río.
Cuatro arcángeles bajaban
y, abriendo surcos de flores,
al rey de los matadores
en hombros se lo llevaban.
Virgen de la Macarena,
mírame tú cómo vengo,
tan sin sangre, que ya tengo
blanca mi color morena.
Ciérrame con tus collares
lo cóncavo de esta herida,
¡que se me escapa la vida
por entre los alamares!
¡Virgen del Amor, clavada,
lo mismo que un toro el seno!
Pon a tu espadita bueno
y dale otra vez su espada.
Que pueda, Virgen, que pueda
volver con sangre a Sevilla
y al frente de mi cuadrilla
lucirme por la Alameda.
Y al frente de mi cuadrilla
lucirme por la Alameda.
(Transcripción propia a partir del audio a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Detalles discográficos
Poema relacionado
Comentarios
Hubo tres musicalizaciones anteriores a 1975, por eso no recogidas en esta base de datos: Francisco Valladares (Los toros en la poesía española, 1968), Mikaela (Mikaela canta poesías de Rafael Alberti, 1970) y Diego Gómez (A mis poetas. Colección flamenco, vol. 12, 1971).
La principal diferencia con el poema de Rafael Alberti radica en la omisión de la séptima estrofa del poema y la repetición de los dos últimos versos.