La misa de amor
Mañanita de San Juan,
mañanita de primor,
cuando damas y galanes
van a oír misa mayor.
Allá va la mi señora,
entre todas la mejor;
viste saya sobre saya,
mantellín de tornasol,
camisa con oro y perlas
bordada en el cabezón.
En la su boca muy linda
lleva un poco de dulzor;
en la su cara tan blanca,
un poquito de arrebol,
y en los sus ojuelos garzos
lleva un poco de alcohol.
Así entraba por la iglesia
reluciente como sol.
Las damas mueren de envidia,
y los galanes de amor.
El que cantaba en el coro,
en el credo se perdió.
El abad que dice misa,
ha trocado la lección;
monaguillos que le ayudan,
no aciertan responder, non,
por decir amén, amén,
decían amor, amor.
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Canción de autorComentarios
El artista sigue fielmente la versión editada por Menéndez Pidal en Flor nueva de romances viejos.
Como señala el subtítulo del álbum, todo él está dedicado a piezas de la lírica castellana medieval y temprano-moderna.