LATIDOS

Nuestros padres se inventaron sus fantasmas
profetas de un incierto porvenir
en una tabla sobre el mar llena de gente
en un matadero con su música crujiente.

Como al nacer
como al morir.

En la escuela dibujamos
gigantes y cañones
la guerra tantas veces anunciada
la flor de un ruiseñor
que pretende enamorarla
y no le salen las canciones.

Como al nacer
como al morir.

¿Cómo nacer
en un tiempo salvaje?
¿Cómo vivir
dentro de un equipaje?
¿Cómo aguantar el zumbido
el latido de mi corazón?

Ven amor
a este corro
a mi tabla de espuma
a la bruma de lo porvenir.

Como al nacer
como al morir.

Ojalá sople el viento
y sacuda el tejado
de los gobernantes
de aquellas promesas
farsantes, farsantes
y se lleve del cielo
esos pájaros de hierro
con todas sus virutas
del infierno, del infierno.
Que a cualquiera le puede llegar
esa lluvia de sal
esta metralla
esa estela de mar
esta raya
ese dedo apuntando a la sien
frente a la tele
esta maquinaria
que duele, que duele.