Peces de ciudad
Se peinaba a lo garçon
la viajera que quiso enseñarme a besar
en la gare d’Austerlitz.
Primavera de un amor
amarillo y frugal como el sol
del veranillo de san Martín.
Hay quien dice que fui yo
el primero en olvidar
cuando en un si bemol de Jacques Brel
conocí a mademoiselle Amsterdam.
En la fatua Nueva York
da más sombra que los limoneros
la estatua de la Libertad,
pero en desolation row
las sirenas de los petroleros
no dejan reír ni volar,
y, en el coro de Babel,
desafina un español.
No hay más ley que la ley del tesoro
en las minas del rey Salomón.
Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje.
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.
Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad
que mordieron el anzuelo,
que bucean a ras del suelo,
que no merecen nadar.
El Dorado era un champú,
la virtud unos brazos en cruz,
el pecado una página web.
En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.
Cuando en vuelo regular
pisé el cielo de Madrid
me esperaba una recién casada
que no se acordaba de mí.
[Estribillo]
[Letra tomada de Joaquín Sabina, Con buena letra (Madrid: Temas de Hoy, 2002), p. 218]
Detalles discográficos
Poema relacionado
Comentarios
En el estribillo, el verso «por mis sueños va, ligero de equipaje», alude al verso de Machado en su célebre «Retrato»: «me encontraréis a bordo ligero de equipaje». Nótese que en ambos textos se comparte el espacio metafórico de un barco en el mar, pero con sentidos distintos. Además, en la letra Sabina menciona unos «limoneros» que cabe también suponer que aluden al mismo poema de Machado: «Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, / y un huerto claro donde madura el limonero». Junto a estas, Sabina incluye alusiones a la cultura popular y otras formas de literatura, como la canción de Bob Dylan «Desolation Row» o la Comala de la novela Pedro Páramo (1955), de Juan Rulfo, entre otras.
Se incluye aquí la canción interpretada por el propio Sabina en 2002, porque fue el autor de la letra con Pancho Varona, pero antes la había interpretado Ana Belén en el álbum Peces de ciudad de 2001.