Romance del desterrado – Paco Ibáñez
¡Ay, nuevos campos perdidos,
campos de mi mala suerte!
Allí se quedan tus olivos
y tus naranjos nacientes.
Brilla el agua en tus acequias,
surcan la tierra tus bueyes
y yo cruzo tus caminos
y jamás volveré a verte,
y jamás volveré a verte,
y jamás volveré a verte.
No tengo casa ni amigos,
ni tengo un lecho caliente,
ni pan que calme mi hambre,
ni palabra que me aliente.
Brilla el agua en tus acequias,
surcan la tierra tus bueyes
y yo cruzo tus caminos
y jamás volveré a verte,
y jamás volveré a verte,
y jamás volveré a verte.