Y sin embargo

Joaquín Sabina

De sobra sabes que eres la primera,

que no miento si juro que daría

por ti la vida entera,

por ti la vida entera;

y sin embargo un rato cada día,

ya ves, te engañaría

con cualquiera,

te cambiaría por cualquiera.

 

Ni tan arrepentido ni encantado

de haberme conocido, lo confieso

Tú que tanto has besado tú,

tú que me has enseñado,

sabes mejor que yo que hasta los huesos

solo calan los besos

que no has dado,

los labios del pecado.

 

Porque una casa sin ti es una emboscada,

el pasillo de un tren de madrugada,

un laberinto

sin luz ni vino tinto,

un velo de alquitrán en la mirada.

 

Y me envenenan los besos que voy dando

y, sin embargo, cuando

duermo sin ti contigo sueño,

y con todas si duermes a mi lado,

y si te vas me voy por los tejados,

como un gato sin dueño,

perdido en el pañuelo de amargura

que empaña, sin mancharla, tu hermosura.

 

No debería contarlo y, sin embargo,

cuando pido la llave de un hotel

y a media noche encargo

un buen champán francés

y cena con velitas para dos,

siempre es con otra, amor,

nunca contigo,

bien sabes lo que digo.

 

Porque una casa sin ti es una oficina,

un teléfono ardiendo en la cabina,

una palmera

en el museo de cera,

un éxodo de oscuras golondrinas.

 

Y me envenenan los besos que voy dando

y, sin embargo, cuando

duermo sin ti contigo sueño,

y con todas si duermes a mi lado,

y si te vas me voy por los tejados,

como un gato sin dueño,

perdido en el pañuelo de amargura

que empaña, sin mancharla, tu hermosura.

 

Y cuando vuelves hay fiesta

en la cocina

y baile sin orquesta

y ramos de rosas con espinas,

pero dos no es igual que uno más uno,

y el lunes al café del desayuno

vuelve la guerra fría

y al cielo de tu boca el purgatorio,

y al dormitorio

el pan de cada día.

 

[Joaquín Sabina, Con buena letra, Madrid, Temas de Hoy, 2002]

Intérprete

Nacionalidad: España

Detalles discográficos

Tipo: Álbum
Título del álbum: Yo, mí, me, contigo
Año: 1996
Discográfica: Ariola

Comentarios

La canción alude y, en cierto modo, invierte el sentido del verso de Bécquer: «Volverán las oscuras golondrinas».

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