Yo voy soñando caminos
Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!…
¿Adónde el camino irá?
Yo voy soñando, viajero,
a lo largo del sendero…
—La tarde cayendo está—.
“En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día;
ya no siento el corazón”.
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.
Mi cantar vuelve a plañir:
“Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada».
Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.
(Transcripción propia a partir del audio y en contraste con el poema original; a falta de fuente escrita, la puntuación y ortografía son estimadas)
Detalles discográficos
Poema relacionado
Comentarios
Hay solo ligeras variaciones léxicas respecto del poema y repite algunos versos. Esta canción se basa en la versión de Carlos Cano, a la que el propio Valdivieso le había puesto música y que está antecedida por unos versos recitados por Rafael Alberti. Se desconocen los datos exactos de la versión de Carlos Cano, pero fue concebida al amparo del Manifiesto Canción del Sur, movimiento cultural de Granada nacido en 1968 y disuelto en 1976. En 1968, Alberto Cortez había musicado este mismo poema (Poemas y canciones, vol. 2), pero no parece que sea una versión de la de Cano/Valdivieso, ni que esta sea una versión de la de Cortez.