Tras el éxito de un estupendo curso de verano sobre Joaquín Sabina en la sede de la UNED en Lavapiés (junio de 2023), varios miembros del equipo PoeMAS han puesto por escrito los diferentes análisis realizados sobre la poesía y música del ubetense, y la editorial Visor los ha recogido en formato libro. Coordinado por Guillermo Laín Corona, se trata de una colección de siete ensayos, en honor al verso de la canción «Siete crisantemos» (Esta boca es mía, 1994), de ahí el título: Joaquín Sabina: Siete versos tristes para una canción (Visor Libros, 2024, disponible de manera digital gratuita aquí). El libro viene a ampliar el anterior Joaquín Sabina o fusilar al rey de los poetas (Visor Libros, 2018). Escritos ambos con un tono entre académico y divulgativo para cualquier tipo de público, los resúmenes de las contraportadas, que se pueden leer a continuación, sirven para abrir el apetito (poético y musical) de su lectura.
Joaquín Sabina: Siete versos tristes para una canción (2024). Capítulos, en orden de publicación, de Guillermo Laín Corona, María Esteban Becedas, Víctor Simón, María Julia Ruiz, Rocío Ortuño Casanova, Margarita García Candeiras y Rocío Badía Fumaz.
Ahora que la poesía es el desván de un metaverso, Joaquín Sabina sigue estando ahí, despierto, contra todo pronóstico, como un dinosaurio superviviente, sí, maldita sea, y su voz cascada de ducados y paterninas. Y, ahora que corta orejas y le aplauden en los Goya, se permite hacer cameos en nuestra telenovela, entre poemas y canciones, como un Groucho Marx de cabaré en la España de pandereta. Disfrazado con las máscaras de toda una carrera de música y personajes en los escenarios, se desbroza a Sabina en este libro, sin dejarle colgado en calle Melancolía. Así que vengan, pequeños y grandes, y no olvidarán jamás el fabuloso homenaje a este maestro del vals: figuraciones del humor en su vida y obra, manifestaciones chirigoteras en los Carnavales de Cádiz, parodias de rap, imágenes de Peter Pan, de Dorian Gray y del Conde Drácula, deconstrucciones del huevo de Colón y hasta un paseo de la mano con Bob Dylan, todo aliñado de lírica y de narrativa. Ocupen su localidad y presten todos atención: estos capítulos son siete versos tristes para una canción.
Joaquín Sabina o fusilar al rey de los poetas (2018). Capítulos, en orden de publicación, de Javier Menéndez Flores, Guillermo Laín Corona, Emilio de Miguel Martínez, Rocío Ortuño Casanova, Margarita García Candeiras y Julio Neira.
Con su boina calada, que es un bombín chaplinesco, y su ducados de seda, para cascarse la voz, Joaquín Sabina es un icono monumental de la música en español en todo el mundo, desde nacerse en Úbeda y criarse en La Habana (México le atormenta, Buenos Aires le mata), hasta bajarse en Atocha y quedarse en Madrid. Este es el personaje sabinero, con décadas de escenarios a sus espaldas, tan familiar para su público, como común es la duda metódica y recurrente que le acompaña machaconamente: si poesía eres tú, mon amour, igual que un rap que no se soporta o que un piropo de Bécquer. Así que, como siempre está el deseo, que viaja en ascensores, de obtener una respuesta, en este libro se reúnen un puñado de estudios sabinistas, para determinar (mire usted, pues no) si eso será la poesía: las letras de sus canciones, las historias que canta, el atlas de lugares sabinianos, los versos de infancia y adolescencia del muchacho llamado Martínez, o los catorce versos que dicen que es soneto. Pero todo esto es para nada, porque, al final, Sabina fusila al rey de los poetas, con balas de juguete, y se queda tan Pancho como Varona, con un whisky on the rocks, a la orilla de una chimenea en Lavapiés, a esperar… que suba la marea.