Romance de Blancaniña

Estando una señorita sentadita en su balcón,
ha pasado un caballero, hijo del emperador.
—Durmiera contigo, luna, durmiera contigo, sol—.

La señora le responde: —Duerma Usted una noche o dos.
Mi marido está cazando en los montes de León;
para que no vuelva más le echaré una maldición:

cuervos le saquen los ojos, águilas el corazón—.

Estando en estas razones el caballero que entró:

—¿Dónde pongo mi caballo?— En la cuadra lo metió.

—¿Dónde pongo la escopeta? —Póngala Usted en un rincón.

—¿Dónde pongo mi sombrero?— En la percha lo colgó.

—¿Y dónde pongo mi cuerpo?— En la cama lo metió.

Estando en estas razones, el marido que llegó:
—Ábreme la puerta, luna, ábreme la puerta, sol,
que traigo un cuervo chiquito de los montes de León

O tú tienes calentura, o tú tienes nuevo amor.

—Ni yo tengo calentura, ni yo tengo nuevo amor:

se me han perdido las llaves de tu rico comedor.

—Si tú las tenías de plata, de oro las traigo yo—.

Estando en estas razones el caballo relinchó.

—¿De quién es ese caballo que en la cuadra siento yo?

—Tuyo, tuyo, dueño mío, mi padre te lo mandó,

pa’ que vayas a cazar a los montes de León.

—Viva tu padre cien años, que caballo tengo yo;

cuando yo no lo tenía, tu padre no me lo dio—.

Estando en estas razones hacia el rincón reparó:

—¿De quién es esa escopeta que en el rincón veo yo?

—Tuya, tuya, dueño mío, mi padre te la mandón,

pa que vayas a cazar a los montes de León.

—Viva tu padre cien años, que escopeta tengo yo;

cuando yo no la tenía tu padre no me la dio—.

Estando en estas razones hacia la percha miró:

—¿De quién es ese sombrero que en la percha veo yo?

—Tuyo, tuyo, esposo mío, mi padre te lo mandó

pa’ que vayas a la boda de mi hermana la mayor.

—Viva tu padre cien años, que sombrero tengo yo;

cuando yo no lo tenía tu padre no me lo dio—.

Estando en estas razones el caballero tosió:

—¿Quién es este caballero que en la alcoba siento yo?

—Mátame, marido mío, te he jugado una traición—.

—Que te mate Dios del cielo, que fue el que te crió—.

La ha agarrado de la mano y a su padre la llevó:

—Aquí tiene Usted a su hija: me ha jugado traición.

—haz con ella lo que quieras, que la iglesia te la dio—.

La ha agarrado de la mano y hacia un monte la llevó

y le dio tres puñaladas que le partio el corazón.

A la una murió ella y a las dos murió el traidor.

Autor

  • Anónimo
    Nacimiento autor: No aplica
    Fallecimiento autor: No aplica
    Nacionalidad: España
Movimiento: Edad Media

Poemario

Título: Romancero viejo

Comentarios

El romance tiene muchísimas versiones con distintos desenlaces y motivos. Esta es solo una de las verisones editadas por Piñero.