Rey don Sancho, rey don Sancho

—Rey Don Sancho, rey Don Sancho,

no digas que no te aviso,

que del cerco de Zamora

un traidor había salido :

Vellido Dolfos se llama,

hijo de Dolfos Vellido,

a quien él mismo matara

y después echo en el río.

Si te engaña, rey don Sancho,

no digas que no lo digo—.

Oídolo ha el traidor,

¡ gran enojo ha recibido !

Fuese donde estaba el rey;

de aquesta suerte le ha dicho:

—Bien conoscedes, senor,

el malquerer y homecillo

que el malo de Arias Gonzalo

y sus hijos han conmigo:

en fin, hasta tu real

agora me han perseguido :

esto, porque les reptaba

que estorbaban tu partido,

que otorgase doña Urraca

a Zamora en tu servicio.

Agora que han bien mirado

como está bien entendido

que tu prendas a Zamora

por el postigo salido,

trabajan buscar tu daño

dañando el crédito mío.

Si me quieres por vasallo,

servirete sin partido—.

El buen rey siendo contento,

díjole:—Muéstrame, amigo,

por dónde tome a Zamora,

que en ella serás tenido

mucho más que Arias Gonzalo,

que la manda con desvío—.

Besole el traidor la mano,

en gran poridad le dijo:

—Vámonos tu y yo, señor, solos,

por no hacer bullicio,

verás lo que me demandas,

y ordenarás tu partido

donde se haga una cava,

y lo que manda mi aviso.

Después con ciento de a pie

matar las guardas me obligo,

y se entrarán tus banderas

guardándoles el postigo—.

Otro día de manana

cabalgan Sancho y Vellido,

el buen rey en su caballo,

y Vellido en su rocino:

juntos van a ver la cerca,

solos a ver el postigo.

Desque el rey lo ha rodeado

saliérase cabe el río,

do se hubo de apear

por necesidad que ha habido.

Encomendole un venablo

a ese malo de Vellido:

dorado era y pequeño,

que el rey lo traía consigo.

Arrojoselo el traidor,

malamente lo ha herido;

pasole por las espaldas,

con la tierra lo ha cosido.

Vuelve riendas al caballo

a más correr al postigo.

La causa de la corrida

le demandaba Rodrigo,

el cual dicen de Vivar:

el malo no ha respondido.

El Cid apriesa cabalga;

sin espuelas lo ha seguido:

nunca le pudo alcanzar,

que en la ciudad se ha metido.

Que le metan en prisión

Doña Urraca ha proveído :

guárdale Arias Gonzalo

para cuando sea pedido.

Tornóse el Cid con coraje,

como no prendió a Vellido,

maldiciendo al caballero

que sin espuelas ha ido.

No sospecha tal desastre,

cuida ser otro el delito,

que si lo que era creyera,

bien defendiera el postigo

hasta vengar bien la muerte

del rey don Sancho el querido.

Autor

  • Anónimo
    Nacimiento autor: No aplica
    Fallecimiento autor: No aplica
    Nacionalidad: España
Movimiento: Edad Media

Poemario

Título: Romancero viejo

Comentarios

La versión breve de este romance es la más extendida, sin embargo, en esta destaca el espacio dedicado a desarrollar cómo Vellido Dolfos conduce al rey hacia su muerte.