Supervivencia y degeneración del mito – Javier Salvago
Abrir los ojos a otro viejo día,
a un mundo viejo y demasiado usado.
Darle los buenos o los malos días,
entre bostezos, a la vieja vida
sin entusiasmo.
Hacer lo mismo. Repetir las mismas
palabras huecas y los mismos pasos
para lo mismo. Soportar las mismas
humillaciones con las mismas miras
y el mismo pago.
Subir la misma roca por la misma
penosa cuesta, como escarabajos,
igual que ayer, un día y otro día.
Subir la cuesta y al llegar arriba,
de vuelta abajo.
Y abrir los ojos a otro viejo día
y no poder (y no querer) cerrarlos.