Visita a San Pedro de Cardeña

Tornavas don Martino a Burgos e mió Çid aguijó

pora San Pero de Cardeña quanto pudo a espolón,

con estos cavalleros quel sirven a so sabor.

Apriessa cantan los gallos e quieren crebar albores,

quando llegó a San Pero el buen Campeador;

el abbat don Sancho, cristiano del Criador;

rezaba los matines abuelta de los albores.

Y estava doña Ximena con çinco dueñas de pro,
rogando a San Pero e al Criador :

«Tú que a todos guías, val a mió Çid el Canpeador.»

Llamavan a la puerta, i sopieron el mandado;
Dios, qué alegre fo el abbat don Sancho !
Con lumbres e con candelas al corral dieron salto,

con tan grant gozo reçiben al que en buen ora nasco.

«Gradéscolo a Dios, mió Çid», dixo el abbat don Sancho ;

«pues que aquí vos veo, prendet de mí ospedado.»

Dixo el Cid, el que en buen ora nasco :
«graçias, don abbat, e so vuestro pagado;

«yo adobaré conducho pora mí e pora mios vasallos ;
«mas por que me vo de tierra, dovos çinquaenta marcos,

«si yo algún día visquiere, seervos han doblados.

«Non quiero far en el monesterio un dinero de daño ;

«evades aquí pora doña Ximena dovos çient marcos ;

«a ella e a sus fijas e a sus dueñas sirvádeslas est año.
«Dues fijas dexo niñas e prendetlas en los bracos;

«aquí vos las acomiendo a vos, abbat don Sancho;

«dellas e de mi mugier fagades todo recabdo.

«Si essa despenssa vos falleçiere o vos menguare algo,

«bien las abastad, yo assí vos lo mando;
«por un marco que despendades al monesterio daré yo quatro.»

Otorgado gelo avie el abbat de grado,
Afevos doña Ximena con sus fijas do va llegando ;

señas dueñas las traen e adúzenlas en los braços.
Ant el Campeador doña Ximena fincó los inojos amos,
llorava de los ojos, quísol besar las manos:
«Merçed, Canpeador, en ora buena fostes nado !
«Por malos mestureros de tierra sodes echado.

«Merqed, ya Çid, barba tan complida !
«Fem ante vos yo e vuestras ffijas,
«iffantes son e de días chicas,
«con aquestas mis dueñas de quien so yo servida,
«Yo lo veo que estades vos en ida
«e nos de vos partir nos hemos en vida.
«Dandos consejo por amor de santa María !»
Enclinó las manos la barba vellida,

a las sues fijas en braço’ las prendía,
llególas al coraçón, ca mucho las quería.
Llora de los ojos, tan fuerte mientre sospira:
«Ya doña Ximena, la mi mugier tan complida,
«commo a la míe alma yo tanto vos quería.

«Ya lo veedes que partir nos emos en vida,
«yo iré y vos fincaredes remanida.
«Plega a Dios e a santa María,

«que aun con mis manos case estas mis fijas,
«e quede ventura y algunos días vida,
«e vos, mugier ondrada, de mí seades servida !»

Autor

  • Anónimo
    Nacimiento autor: No aplica
    Fallecimiento autor: No aplica
    Nacionalidad: España
Movimiento: Edad Media

Poemario

Edición utilizada: 1913 - Ediciones de La Lectura

Comentarios

Vv. 231-284 del Cantar de mio Cid.