Canción del esposo soldado

Adolfo Celdran

He poblado tu vientre de amor y sementera,
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo.

 

Morena de altas torres, alta luz y altos ojos,
esposa de mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hacia mí dando saltos
de cierva concebida.

 

Ya me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al más leve tropiezo,
y a retorzar tus venas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo.

 

Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.

 

Sobre los ataúdes feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta en el polvo, esposa.

 

Cuando junto a los campos de combate te piensa
mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,
le acercas hacia mí como una boca inmensa
de hambrienta dentadura.

 

Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.

 

He poblado tu vientre de amor y sementera,
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo.

 

(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).

Intérprete

Nacionalidad: España

Detalles discográficos

Tipo: Álbum
Título del álbum: Al borde del principio
Año: 1976
Discográfica: Movieplay

Comentarios

Esta versión supone una musicalización similar al poema de Miguel Hernández. El autor utiliza, para componer la canción, de la primera a la séptima, repitiendo la primera estrofa para terminar el tema:  «…He poblado tu vientre de amor y sementera,/he prolongado el eco de sangre a que respondo/y espero sobre el surco como el arado espera:/he llegado hasta el fondo.

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