Cantares – David DeMaría
Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción.
Yo amo los mundos sutiles
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.
(Se hace camino al andar.
Se hace camino al andar)
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.
Nunca perseguí la gloria
Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
Y, al volver la vista atrás,
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.
Hace algún tiempo en ese lugar,
donde hoy los bosques se visten de espinos,
se oyó la voz de un poeta gritar:
“Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar…”
Golpe a golpe, verso a verso.
Golpe a golpe, verso a verso.
Murió el poeta lejos del hogar,
le cubre el polvo de un país vecino;
al alejarse le vieron llorar:
“Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar…”
Golpe a golpe, verso a verso.
Golpe a golpe, verso a verso.
Cuando el jilguero no puede cantar,
cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar:
“Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar…”
Golpe a golpe, verso a verso.
Golpe a golpe, verso a verso.
Golpe a golpe, verso a verso.
(Golpe a golpe, verso a verso…)
(Se hace camino al andar…)
En realidad, es una versión de “Cantares” de Joan Manuel Serrat (Dedicado a Antonio Machado, poeta, Zafiro, 1969), que, por razones de cronología, no aparece en esta recopilación. DeMaría sigue de cerca la melodía de Serrat, así como su modelo textual, mezclando los mismos versos y estrofas de entre todos los proverbios y cantares de Machado.