Casida del llanto – Carlos Cano
He cerrado mi balcón,
yo no quiero oír el llanto,
He cerrado mi balcón,
yo no quiero oír el llanto.
Detrás de los grises muros
no se oye más que llanto.
Detrás de los grises muros
no se oye más que llanto.
He cerrado mi balcón,
yo no quiero oír el llanto,
He cerrado mi balcón,
yo no quiero oír el llanto.
Detrás de los grises muros
no se oye más que llanto.
Detrás de los grises muros
no se oye más que llanto.
Hay muy pocos ángeles
que canten,
hay muy pocos perros
que ladren,
mil violines
caben en la palma de mi mano.
(Ladrido) ¡Ay!
He cerrado mi balcón,
yo no quiero oír el llanto,
He cerrado mi balcón,
yo no quiero oír el llanto.
Detrás de los grises muros
no se oye más que llanto.
Detrás de los grises muros
no se oye más que llantos.
He cerrado mi balcón,
yo no quiero oír el llanto,
He cerrado mi balcón,
yo no quiero oír el llanto.
Detrás de los grises muros
no se oye más que llanto.
Detrás de los grises muros
no se oye más que llanto.
El llanto es un perro
inmenso,
el llanto es un ángel
inmenso,
el llanto un violín
inmenso,
las lágrimas mordazan
al viento,
no se oye otra cosa
que llanto.
He cerrado mi balcón,
yo no quiero oír el llanto,
He cerrado mi balcón,
yo no quiero oír el llanto.
Detrás de los grises muros
no se oye más que llanto.
Detrás de los grises muros
no se oye más que llanto.
He cerrado mi balcón,
yo no quiero oír el llanto,
He cerrado mi balcón,
yo no quiero oír el llanto.
Detrás de los grises muros
no se oye más que llanto.
Detrás de los grises muros
no se oye más que llanto.
(Risas infantiles)
(Transcripción propia a partir del audio a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Aunque podemos decir que es una musicalización idéntica, puesto que las variaciones son mínimas, veremos como el artista ha procedido, en su interpretación del poema de Federico García Lorca, a convertir en estribillo los primeros versos del poema (vv. 1-4), reduciendo así mismo mínimamente estos, bien dándoles un carácter más sentencioso o quizás para amoldarse al ritmo musical de la interpretación:
«He cerrado mi balcón
porque no quiero oír el llanto,
pero por detrás de los grises muros
no se oye otra cosa que el llanto.»
(Federico García Lorca, Diván del Tamarit – Sonetos del amor oscuro, Barcelona, Lumen – Penguin Random House, 2015, p.37)
Por otro lado y siguiendo esta idea rítmica que exponemos más arriba, también ha introducido una diferente versificación, por un lado, y por otro, un sistema de responsión coral, donde se intensifican los finales de verso y la palabra «llanto».