Chuflillas del niño de la palma
¡Aire, aire,
aire, que al toro torillo
le pica el pájaro pillo
que no pone el pie en el suelo!
¡Qué revuelo!
¡Cógeme, torillo fiero!
Ángeles con cascabeles
arman la marimorena,
plumas nevando en la arena
rubí de los redondeles.
La Virgen de los caireles
baja una palma del cielo.
¡Qué revuelo!
¡Cógeme, torillo fiero!
Vengas o no en busca mía,
torillo, mala persona,
dos cirios y una corona
tendrás en la enfermería.
¡Qué alegría!
¡Qué salero!
¡Cógeme, torillo fiero!
De la gloria, a tus pitones,
bajé, gorrión de oro,
a jugar contigo al toro,
no a pedirte explicaciones.
¡A ver si te las compones
y vuelves vivo al chiquero!
¡Qué salero!
¡Cógeme, torillo fiero!
Alas en las zapatillas,
céfiros en las hombreras,
canario de las barreras,
vuelas con las banderillas.
Campanillas y luceros
te nacen en las chorreras.
¡Qué salero!
¡Cógeme, torillo fiero!
Te dije y te lo repito,
para no comprometerte,
que tenga cuernos la muerte
a mí se me importa un pito.
Da, toro torillo, un grito
y ¡a la gloria en angarillas!
¡Qué salero!
¡Que te arrastran las mulillas!
¡Cógeme, torillo fiero!
(Transcripción propia a partir del audio y el poema original; la puntuación y ortografía son estimadas).
Detalles discográficos
Poema relacionado
Comentarios
Hubo una musicalización anterior a 1975, por eso no recogida en esta base de datos: Mikaela (Mikaela canta poesías de Rafael Alberti, 1970).
La principal variación con respecto al poema de Rafael Alberti es la omisión del primer verso, cambiando este por la repetición de la primera palabra del segundo, la introducción del verso 17 («¡Cógeme torillo fiero!») tras los versos 5 y 12, el cambio de posición de esta expresión a final de estrofa en la séptima y la introducción de la expresión «y luceros» al final del verso 32.