Chuflillas del niño de la palma – Ángel Copra

Chuflillas del niño de la palma – Ángel Copra

Título
Chuflillas del niño de la palma
Intérprete
Ángel Corpa
Nacionalidad
España
Álbum
Verte y no verte
Tipo
Long Play (LP)
Año
2004
Discográfica
INgrooves
Género
Folk, country y otras músicas tradicionales del mundo y Pop
Relación con el poema
Musicalización similar
Letra

¡Aire, aire,

aire, que al toro torillo

le pica el pájaro pillo

que no pone el pie en el suelo!

 

 

¡Qué revuelo!

¡Cógeme, torillo fiero!

 

 

Ángeles con cascabeles

arman la marimorena,

plumas nevando en la arena

rubí de los redondeles.

La Virgen de los caireles

baja una palma del cielo.

 

 

¡Qué revuelo!

¡Cógeme, torillo fiero!

 

 

Vengas o no en busca mía,

torillo, mala persona,

dos cirios y una corona

tendrás en la enfermería.

 

 

¡Qué alegría!

¡Qué salero!

¡Cógeme, torillo fiero!

 

 

 

De la gloria, a tus pitones,

bajé, gorrión de oro,

a jugar contigo al toro,

no a pedirte explicaciones.

¡A ver si te las compones

y vuelves vivo al chiquero!

 

 

¡Qué salero!

¡Cógeme, torillo fiero!

 

 

Alas en las zapatillas,

céfiros en las hombreras,

canario de las barreras,

vuelas con las banderillas.

Campanillas y luceros

te nacen en las chorreras.

 

 

¡Qué salero!

¡Cógeme, torillo fiero!

 

 

Te dije y te lo repito,

para no comprometerte,

que tenga cuernos la muerte

a mí se me importa un pito.

Da, toro torillo, un grito

y ¡a la gloria en angarillas!

 

 

¡Qué salero!

¡Que te arrastran las mulillas!

¡Cógeme, torillo fiero!

 

 

(Transcripción propia a partir del audio y el poema original; la puntuación y ortografía son estimadas).

Comentarios

Hubo una musicalización anterior a 1975, por eso no recogida en esta base de datos: Mikaela (Mikaela canta poesías de Rafael Alberti, 1970).

La principal variación con respecto al poema de Rafael Alberti es la omisión del primer verso, cambiando este por la repetición de la primera palabra del segundo,  la introducción del verso 17 («¡Cógeme torillo fiero!») tras los versos 5 y 12, el cambio de posición de esta expresión a final de estrofa en la séptima y la introducción de la expresión «y luceros» al final del verso 32.



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