El encuentro
En Salamanca, el último noviembre,
te encontré por la calle, tan delgada
como entonces, pero con más arrugas.
Dabas clases de no sé qué muy raro
(Textología, por ejemplo) y eras
muy feliz explicando a tus alumnos
lo divino y lo humano. Me dijiste
que tus hijos se quedaron en Madrid,
con su padre, y que sólo los veías
—ya eran mayores— tres o cuatro veces
al año; que te habías doctorado
(¡por fin!) y que ahora sólo te faltaba
ser funcionaria para ver el mundo
desde el lugar que merecías.
Yo
te dije que bueno, que pasaba
por allí casualmente, que tenía
un amigo escritor en Salamanca
y que había ido a visitarlo.
Tú me dijiste: “¿Tienes mucha prisa
o podemos tomarnos algo juntos?”
“Sí, claro, cómo no”.
Después de muchas copas, con el alba
siguiendo nuestra pista, te lo dije:
“Desde entonces…
Desde entonces no ha habido otra mujer”. [Verso x 4]
Y en mi interior bullía la mentira
al alimón con el deseo, y todo
—aquel horrible bar, tú y yo, la noche—
era tan esperpéntico y absurdo…
Era tan esperpéntico y absurdo
que se parecía a la vida,
a la vida.
Que se parecía a la vida,
a la vida.
Era tan esperpéntico y absurdo
que se parecía a la vida,
a la vida.
(Transcripción propia a partir del audio y en contraste con el poema original; a falta de fuente escrita, la puntuación y ortografía son estimadas)
Género
RockDetalles discográficos
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Comentarios
Musicalización similar, excepto que la canción repite algunos versos.