El mundo de los demás
El mundo es como aparece
ante mis cinco sentidos,
y ante los tuyos que son
las orillas de los míos.
El mundo de los demás
no es el nuestro: no es el mismo.
Lecho del agua que soy,
tú, los dos, somos el río
donde cuanto más profundo
se ve más despacio y límpido.
Imágenes de la vida:
a la vez las recibimos,
nos reciben, entregados
más unidamente a un ritmo.
Pero las cosas se forman
con nuestros propios delirios.
Ciegos para los demás,
oscuros, siempre remisos,
miramos siempre hacia adentro,
vemos desde lo más íntimo.
El mundo de los demás
no es el nuestro: no es el mismo.
Trabajo y amor me cuesta
conmigo así, ver contigo:
aparecer, como el agua
con la arena, siempre unidos.
Nadie me verá del todo.
Ni es nadie como lo miro.
Somos algo más que vemos,
algo menos que inquirimos.
Algún suceso de todos
pasa desapercibido.
Nadie nos ha visto. A nadie
ciegos de ver, hemos visto.
El mundo de los demás
no es el nuestro: no es el mismo.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Género
Canción de autorDetalles discográficos
Poema relacionado
Comentarios
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. El autor utiliza el poema casi en su totalidad, aunque omite algunos versos: «…El aire tiene el tamaño/del corazón que respiro/y el sol es como la luz/con que yo le desafío…». Además, utiliza los versos «…El mundo de los demás/no es el nuestro: no es el mismo…» a modo de estribillo en la canción.