El nazareno

Esmeralda Grao

Se horrorizan los ancianos, se conmueven las doncellas

enseñando las pupilas tras los mantos y los velos

anegadas por el llanto. Y las masas por los suelos

caen mostrando, de temores y dolor en la faz, huellas.

 

Enmudecen los clarines; no se escuchan las querellas

de tristísimas saetas, ni la voz de los abuelos

que pidiendo van por Cristo. Y en el rostro de los cielos

como lágrimas enormes se estremecen las estrellas.

 

Reina un hórrido silencio que es tan sólo interrumpido

por redobles de tambores y algún lúgubre gemido

que se sube hasta los labios desde un pecho de fe lleno… [Verso x 2]

 

Y entre mil encapuchados con mil llamas de mil cirios,

con las carnes desgarradas aún más pálidas que lirios.

 

Enmudecen los clarines; no se escuchan las querellas

de tristísimas saetas, ni la voz de los abuelos

que pidiendo van por Cristo. Y en el rostro de los cielos

como lágrimas enormes se estremecen las estrellas.

 

Y entre mil encapuchados con mil llamas de mil cirios,

con las carnes desgarradas aún más pálidas que lirios

y la cruz…

la cruz sobre los hombros, cruza…

cruza, humilde, el Nazareno.

 

(Transcripción propia a partir del audio y el poema original de Miguel Hernández; la puntuación y ortografía son estimadas)

Intérprete

Nacionalidad: España

Detalles discográficos

Tipo: Álbum
Año: 2011
Discográfica: Loccade Records

Comentarios

La última parte está cantada a modo de saeta, en sintonía con la temática de paso de Semana Santa.

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