El último rincón
El último y el primero:
rincón para el sol más grande,
sepultura de esta vida
donde tus ojos no caben.
Carne de mi movimiento,
huesos de ritmos mortales,
me muero por respirar
sobre vuestros ademanes.
De tato querer te ahogas,
como un mar entre dos mares
De tanto querer me ahogo,
y no me es posible ahogarme.
El naranjo sabe a vida
y el olivo a tiempo sabe
y entre el clamor de los dos
mi corazón se debate.
Ay, el rincón de tu vientre;
el callejón de tu carne:
el callejón sin salida
donde agonicé una tarde.
El último y el primero:
náufrago rincón, estanque
de saliva detenida
sobre su amoroso cauce.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Poema relacionado
Comentarios
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. El autor utiliza versos agrupados, parte de las diferentes estrofas, para componer la canción a modo de estrofas de esta; por ejemplo:
«…Carne de mi movimiento,/huesos de ritmos mortales,/me muero por respirar/sobre vuestros ademanes…», versos que, en el caso del poema, van unidos en una estrofa a «…Corazón que entre dos piedras/ansiosas de machacarte,/de tanto querer te ahogas/como un mar entre dos mares…».