Poeta de guardia

Miguel Aranda Merchán

¡Otra noche más! ¡Qué aburrimiento!
¡Si al menos alguien llamase, llamara o llamaría!
La portera, que si su nieta pare,
y recordase que soy puericultora,
o un borracho de amor con delirium tremendo,

 

o alguna señorita de aborto provocado,
o alguna prostituta con navaja en la ingle,
o algún quinqui fugado.

 

Y nadie suena, o quema, o hiela o llama.
Y nadie suena,
o quema,
o hiela,
o llama

 

en esta noche,
en la que,
como en casi todas,

 

soy poeta de guardia,
poeta de guardia,
poeta de guardia.

 

Soy poeta de guardia,
poeta de guardia,
poeta de guardia.

 

O cualquier conocido que por fin decidiera
suicidarse,

 

o conferencia internacional,
esto sería bomba pacifista,

 

o que la radio dijera
finamente:
«¡La guerra
ha terminado!»,
«El porqué de estar solo ya se sabe»,
o «el cáncer descubierto».

 

Y nadie suena, o quema, o hiela o llama.
Y nadie suena,
o quema,
o hiela,
o llama

 

en esta noche,
en la que,
como en casi todas,

 

soy poeta de guardia,
poeta de guardia,
poeta de guardia.

 

Soy poeta de guardia,
poeta de guardia,
poeta de guardia.

 

La soledad que yo tengo
es una mujer fatal,
buena como buena puta
me lo dice, va y se va.

 

Semivestida de verde
me excita la soledad,
esta noche va y me dice,
me dice y luego se va,

 

que me merezco otra cosa,
otra cosa que vendrá.
Qué divina está esta noche
la zorra, la soledad.

 

Muchas veces se está mejor solo,
pero mejor con decoro
y a la mierda el oro
y a la mierda el coro.

 

Soy poeta de guardia,
poeta de guardia,
poeta de guardia.

 

Soy poeta de guardia,
poeta de guardia,
poeta de guardia.

 

Soy poeta de guardia,
poeta de guardia,
poeta de guardia.

 

Soy poeta de guardia,
poeta de guardia,
poeta de guardia.

 

Soy poeta de guardia,
poeta de guardia,
poeta de guardia.

Intérprete

Nacionalidad: España

Detalles discográficos

Tipo: Otros
Año: 2019

Comentarios

Letra transcrita desde audio. La puntuación y ortografía son aproximadas. Miguel Aranda Merchán continúa el poema original de Gloria Fuertes, añadiéndole cuatro estrofas al final antes de el estribillo con el que termina y el cual supone también otra de las mayores diferencias con el poema.

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