Princesa

Joaquín Sabina

Entre la cirrosis

y la sobredosis

andas siempre, muñeca,

con tu sucia camisa

y, en lugar de sonrisa,

una especie de mueca.

 

Cómo no imaginarte,

cómo no recordarte,

hace apenas dos años,

cuando eras la princesa

de la boca de fresa,

cuando tenías aún esa

forma de hacerme daño

 

Ahora es demasiado tarde, princesa;

búscate otro perro que te ladre, princesa.

 

Maldito sea el gurú

que levantó entre tú

y yo un silencio oscuro,

del que ya sólo sales

para decirme: “vale,

déjame veinte duros”.

 

Ya no te tengo miedo,

nena, pero no puedo

seguirte en tu viaje,

cúantas veces hubiera

dado la vida entera

porque tú me pidieras

llevarte el equipaje.

 

Ahora es demasiado tarde, princesa;

búscate otro perro que te ladre, princesa.

 

Tú que sembraste en todas

las islas de la moda

las flores de tu gracia,

¿cómo no ibas a verte

envuelta en una muerte

con asalto a farmacia?

 

¿Con qué ley condenarte

si somos juez y parte

todos de tus andanzas?

Sigue con tus movidas,

reina, pero no pidas

que me pase la vida

pagándote fianzas.

 

Ahora es demasiado tarde, princesa;

búscate otro perro que te ladre, princesa.

[Estrofa x 4]

 

[Letra tomada de Joaquín Sabina, Con buena letra (Madrid: Temas de Hoy, 2002), p. 70]

Intérprete

Nacionalidad: España

Detalles discográficos

Tipo: Álbum
Título del álbum: Juez y parte
Año: 1985
Discográfica: BMG Ariola

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Comentarios

Sabina relaciona intertextualmente la historia de su princesa, atormentada por las drogas en los años 80 de Madrid, con la triste princesa de la «Sonatina» de Rubén Darío. Darío, al comienzo del poema, dice de su princesa que: «Los suspiros se escapan de su boca de fresa». Para Sabina, la mujer protagonista de su canción, antes de arruinarse la vida con la heroína, era: «la princesa / de la boca de fresa».

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