¡Qué necesidad!

Luis Eduardo Aute

Sólo dos cosas son infinitas, el Universo y la estupidez humana.

Y del Universo, no estoy seguro.

Albert Einstein

Hay veces que aún me pregunto,

y sé que no tengo perdón,

por ese diabólico asunto

que dicen que es tu Creación.

Y no es por sondear su diseño,

que al fin sólo es una ecuación

o acaso la prole de un sueño

parido por una Explosión.

Tampoco por ser Uno y Trino,

que es casi una regla de tres,

por mucho que sea mi sino

buscarle a tu gato, tres pies.

Lo que es para mí un gran desgaste,

al filo ya de mi vejez,

es no saber por qué creaste

el monstruo de la estupidez.

Todo lo entiendo, Dios mío,

todo lo entiendo menos el desastre

de crear el lastre

de la necedad…

¡Qué necesidad

tanta necedad!

¡Qué necesidad!

Discúlpame el atrevimiento,

ya sé que no tienes edad…

pero es que no puedo, lo siento

me mata la curiosidad.

Ya no me sorprende, Dios mío,

que abrace tu Fe el vil metal

haciendo que el Libre Albedrío

se erija en estatua de sal,

ni que el paraíso del necio

se logre trepando al Poder

en donde el valor tiene el precio

que marca la Ley del «croupier».

El pánico que me desquicia

de tu Universal Sinrazón

es que el virus de la estulticia

se enganche a la procreación.

Todo lo entiendo, Dios mío,

todo lo entiendo menos el desastre

de crear el lastre

de la necedad…

¡Qué necesidad

tanta necedad!

¡Qué necesidad!

Sé que harto del aburrimiento

de tanto feliz querubín,

te diste al entretenimiento

de armarnos la de San Quintín.

Comprende que ya no me asombre

que muestres tu rostro más cruel

cediendo el aval de tu Nombre

al látigo contra el infiel.

Te ruego, desátame del nudo,

que ya no soporto este estrés,

explícame Tú, tan sesudo,

de qué va este androide al revés,

que cree que una vez fue un primate

que en su evolución racional

segó de raíz el debate

del Árbol del Bien contra el Mal.

Todo lo entiendo, Dios mío,

todo lo entiendo menos el desastre

de crear el lastre

de la necedad…

¡Qué necesidad

tanta necedad!

¡Qué necesidad!

 

Intérprete

Nacionalidad: Filipinas

Detalles discográficos

Tipo: Álbum
Título del álbum: El niño que miraba el mar
Año: 2012
Discográfica: Sony Music

Comentarios

Poema y canción están introducidos por la misma cita de Albert Einstein y tratan sobre la estupidez. Ambos utilizan lenguaje religioso y en ambos el autor se queja de no entender por qué Dios creó la estupidez. Los últimos versos del poema reformulan el estribillo de la canción: «Sólo una cosa/ no me cabe en la cabeza:/ tantísima sobredosis/ de sub-lime/ estulticia.» También tiene relación con el poema «Stupid Cupid» del mismo autor, que abunda sobre el mismo tema y acaba con los versos «Sólo una cosa no entiendo:/ ¿era necesaria la necesidad/ de tanta necedad?»

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