Silbo del dale
Dale al aspa, molino,
hasta nevar el trigo.
Dale a la piedra, agua,
hasta ponerla mansa.
Dale al molino, aire,
hasta lo inacabable.
Dale al aire, cabrero,
hasta que silbe tierno.
Dale al molino, aire,
hasta lo inacabable.
Dale al aire, cabrero,
hasta que silbe tierno.
Dale al cabrero, monte,
hasta dejarlo inmóvil.
Dale al monte, lucero,
hasta que se haga el cielo.
Dale, Dios, a mi alma,
hasta perfeccionarla.
Dale que dale, dale,
molino, piedra, aire.
Dale, Dios, a mi alma,
hasta perfeccionarla.
cabrero, monte, astro,
dale que dale, largo.
Dale que dale, Dios,
ay, hasta la perfección. [Estrofa x 4]
Ábreme, amor, la puerta
de la llaga perfecta.
Abre, amor mío, abre
la puerta de mi sangre.
Abre, para que salgan
todas las malas ansias.
Abre, para que huyan
las intenciones turbias. [Estrofa x 2]
Abre, para que sean
fuentes puras mis venas;
mis manos, cardos mondos;
pozos quietos, mis ojos.
Abre, que viene el aire
de tu palabra… ¡Abre!
Abre, amor, que ya entra…
Que no salga… ¡Cierra! [Estrofa x 2]
Dale que dale, Dios,
ay, hasta la perfección. [Estrofa x 4]
(Transcripción propia a partir del audio y el poema original de Miguel Hernández; la puntuación y ortografía son estimadas)
Detalles discográficos
Poemas relacionados
Comentarios
La canción funde «El silbo del dale» y «El silbo de la llaga perfecta», respectando muy de cerca el texto, pero repitiendo algunos versos.