Un carnívoro cuchillo
Un carnívoro cuchillo de ala dulce y homicida
sostiene un vuelo y un brillo alrededor de mi vida.
Rayo de metal crispado fulgentemente caído,
picotea mi costado y hace en él un triste nido.
Mi sien, florido balcón de mis edades tempranas,
negra está, y mi corazón, y mi corazón con canas.
Tal es la mala virtud del rayo que me rodea,
que voy a mi juventud como la luna a mi aldea.
Recojo con las pestañas sal del alma y sal del ojo
y flores de telarañas de mis tristezas recojo.
¿A dónde iré que no vaya mi perdición a buscar?
Tu destino es de la playa y mi vocación del mar.
Descansar de esta labor de huracán, amor o infierno
no es posible, y el dolor me hará a mi pesar eterno.
Pero al fin podré vencerte, ave y rayo secular,
corazón, que de la muerte nadie ha de hacerme dudar.
Sigue, pues, sigue cuchillo, volando, hiriendo. Algún día
se pondrá el tiempo amarillo sobre mi fotografía.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Detalles discográficos
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Esta versión supone una musicalización idéntica del poema de Miguel Hernández.