Flor del arroyo

Miguel Hernández

Alocada mariposa.

Figurilla de marfil

débil, morena y hermosa.

La más primorosa rosa

de un alba de bello Abril.

 

Esto la gente decía

que era una niña gitana

que vieron llegar un día

por los caminos de Hungría

tras errante caravana.

 

Mostrando un gallardo talle

de venusina escultura

y andares de ave de valle

corría de plaza en calle

a echar la buenaventura.

 

Con la ropa de colores,

la boca de risa prieta,

llenos de extraños fulgores

los ojos fascinadores,

y la ronca pandereta.

 

Al transeúnte detenía;

mientras el cuerpo serrano

arqueaba y retorcía,

el porvenir le leía

en los trazos de la mano.

 

Siempre así: lúbrica y pura

iba la flor del arroyo,

toda vida y hermosura,

sin que en su marcha insegura

hallara ningún escollo.

 

Pero llegó a detenerla

en aquel camino un hombre:

se enamoró de ella al verla,

se acordó un día de quererla

y al otro…, ni de su nombre.

 

Y la pobre gitanilla

que había puesto todo el fuego

de su alma ardiente y sencilla

al amar, no la mancilla,

el desamor lloró luego.

 

Su pandereta sonando,

moviendo su grácil talle,

su dolor disimulando,

riente al transeúnte abordando,

cayó muerta un día en la calle.

 

Alocada mariposa.

Figurilla de marfil

débil, morena y hermosa.

La más primorosa rosa

de un alba del bello Abril.

 

Esto sólo con voz huera,

dijo de la sin apoyo

la gente —siempre embustera—.

No hubo nadie que dijera:

¡Era una flor del arroyo!

Autor

Movimiento: Generación del 36

Poemario

Año de publicación original: 1930
Lugar de publicación original: Orihuela
Publicación/Edición original: Voluntad [30 de abril]
Edición utilizada: Obra poética completa - 2017 - Alianza Editorial
Temas: Amor , Gitanas

Canción relacionada

Comentarios

Se trata de uno de los primeros poemas de Miguel Hernández, publicado el 30 de abril de 1930 en el diario Voluntad, de Orihuela.