La sombra de Hilario Méndez
La luna de los indios,
siempre menguada,
no alcanza a iluminarles
toda la cara.
No puedo verlos,
y no sé si están tristes
o están contentos.
Tiene razón el blanco:
los pobres cholos
ni siquiera se mueren
como nosotros.
Nadie los planta,
y un buen día se agostan
o los arrancan.
Cuando la noche pesa
sobre la gente,
se impacientan las balas
y los machetes.
No sabrán nunca
a qué mano acompañan
ni lo que buscan.
Mil estampas tiznadas
velan el sueño
y una Virgen sin carne
vendrá a romperlo.
Indio, despierta,
que la muerte está en celo
junto a tu puerta.
Para siempre sestean
viejos y niños,
raspados por la uña
de un dios mestizo.
En la hornacina
un madero desprende
rubias sonrisas.
La luz escarba en vano
cuajos de tierra:
la sombra de los Méndez
no está completa.
Ánimo, Hilario,
que usarán tu cabeza
de escapulario.
Género
Poesías socialesAutor
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Nacimiento autor: 1961Fallecimiento autor: No aplicaGénero: Hombre