Casida de los ramos
Por las arboledas del Tamarit
han venido los perros de plomo
a esperar que se caigan los ramos
a esperar que se quiebren ellos solos.
El Tamarit tiene un manzano
y una manzana de sollozos,
un ruiseñor apaga los suspiros
y un faisán los ahuyenta por el polvo.
Pero los ramos son alegres,
los ramos son como nosotros.
No piensan en la lluvia y están dormidos
como si fueran árboles de pronto.
Sentados con el agua en las rodillas
dos valles esperaban al otoño.
La penumbra con paso de elefante
empujaba las ramas y los troncos.
Por las arboledas del Tamarit
hay muchos niños de velado rostro
a esperar que se caigan los ramos
a esperar que se quiebren ellos solos.
(Transcripción propia a partir del audio a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas)
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Comentarios
Musicalización idéntica, excepto por sutiles cambios en los versos 6, 7, 14 y 19.
Los más leves de ellos consisten en el cambio de una preposición por conjunción (v. 6), o en el uso de un sinónimo «esperaban» en vez de «aguardaban» (v. 14).
Los más significativos están en el verso 7, un cambio semántico, «agrupa» por «apaga», y un pronombre posesivo «mis» por el determinante «los», en el verso 19.