Prendimiento de Antoñito el Camborio camino de Sevilla
Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
con una vara de mimbre
va a Sevilla a ver los toros.
Moreno de verde luna
anda despacio y garboso.
Sus empavonados bucles
le brillan entre los ojos.
A la mitad del camino
cortó limones redondos,
y los fue tirando al agua
hasta que la puso de oro.
Y a la mitad del camino,
bajo las ramas del olmo,
guardia civil caminera
lo lleva codo con codo.
El día se va despacio,
la tarde colgada al hombro,
dando una larga torera
sobre el mar y los arroyos.
Las aceitunas aguardan
la noche de Capricornio,
y una corta brisa, ecuestre,
salta los montes de plomo.
Antonio Torres Heredia,
hijo y nieto de Camborios,
viene sin vara de mimbre
entre los cinco tricornios.
Antonio, ¿quién eres tú?
Si te llamaras Camborio,
hubieras hecho una fuente
de sangre con cinco chorros.
Ni tú eres hijo de nadie,
ni legítimo Camborio.
¡Se acabaron los gitanos
que iban por el monte solos!
Están los viejos cuchillos
tiritando bajo el polvo.
A las nueve de la noche
lo llevan al calabozo,
mientras los guardias civiles
beben limonada todos.
Y a las doce de la noche
le cierran el calabozo,
mientras el cielo reluce
como la grupa de un potro.
Poema relacionado
Comentarios
Hubo dos musicalizaciones de este poema anteriores a 1975, por eso no están recogidas en esta base de datos: Gabriela Ortega (Federico García Lorca, 1958) y Manuel Mairena (EP, 1970).
Variaciones mínimas en algunos versos que radican en la supresión de un artículo determinado o su inserción. En el verso 43 cambia un poco más sustancialmente el contenido de «Y a las nueve de la noche» en el poema de Lorca a «Y a las doce de la noche» en la musicalización.