Todo está lleno de ti – Román LC
Todo está lleno de ti,
y todo de mí está lleno:
llenas están las ciudades,
igual que los cementerios.
De ti, por todas las casas de mí.
Por todos los cuerpos, de ti,
todo está lleno de ti.
De ti, por todas las casas de mí.
Por todos los cuerpos, de ti,
todo está lleno de ti.
Por las calles voy dejando
algo que voy recogiendo:
pedazos de vida mía
venidos desde muy lejos.
Voy alado a la agonía
y arrastrándome me veo
en el umbral en el fondo
latente del nacimiento.
De ti, por todas las casas de mí.
Por todos los cuerpos, de ti,
todo está lleno de ti.
De ti, por todas las casas de mí.
Por todos los cuerpos, de ti,
todo está lleno de ti.
Todo está lleno de mí,
de algo que es tuyo y recuerdo
perdido, pero encontrado
alguna vez, algún tiempo.
Tiempo que se queda atrás
decididamente negro,
indeleblemente rojo,
dorado sobre tu cuerpo.
Todo está lleno de ti,
traspasado de tu pelo:
de algo que no he conseguido
y que busco entre tus huesos.
De ti, por todas las casas de mí.
Por todos los cuerpos, de ti,
todo está lleno de ti.
De ti, por todas las casas de mí.
Por todos los cuerpos, de ti,
todo está lleno de ti.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. El autor utiliza para componer la canción, por un lado, la primera estrofa, de la que utiliza sus cuatro primeros y sus cuatro últimos versos para estructurar dos estrofas de la canción; al mismo tiempo, usa su versos centrales (con alguna modificación), «…De ti, por todas las casas de mí. /Por todos los cuerpos, de ti,/todo está lleno de ti…»para establecer el estribillo. Sigue después con la segunda estrofa del poema.
Además, el compositor de la canción se vale, para terminar, de los doce últimos versos de una segunda versión que, del mismo poema, escribió Miguel Hernández.