La canción del destierro
Vio puertas abiertas e uços sin cañados
alcándaras vazías sin pielles e sin mantos
e sin falcones e sin adtores mudados
Meció mio Çid los ombros
bien e tan mesurado.
Grado a ti señor padre, que estás en lo alto.
Esto me an buelto mios enemigos malos.
Allí pienssan de aguijar, allí sueltan las riendas
a la exida de Bivar ovieron la corneja diestra
e entrando a Burgos oviéronla siniestra.
Meció mio Çid los ombros
y engrameó la tiesta.
Albricia Álbar Fáñez, ca echados somos de tierra.
Mas a grand ondra tornaremos a Castiella.
Una niña de nuef años, a ojo se parava.
El rey lo ha vedado anoch de él entró su carta.
Non aosariemos abrir nin coger por nada
si non perderíemos todo los averes e las casas.
Çid en el nuestro mal vos non ganades nada,
que el Criados vos vala, con sus vertudes santas.
Mio Çid Roy Díaz por Burgos entrove
burgueses e burguesas por las finiestras sone.
En su compaña sessaenta poendones
plorando de los ojos, tanto avién el dolore.
De las sus bocas todos dizían una razóne:
¡Dios qué buen vasallo si oviesse buen señore!
De los sos ojos tan fuertemientre llorando
tornava la cabeça i estávalos catando.
Género
Canción de autorDetalles discográficos
Poema relacionado
Comentarios
Toma los vv. 3-5, 7-15, 40-48, 15-20 y 1-2, del cantar primero del Cantar de mio Cid, en ese orden. Probablemente sigue la edición de Menéndez Pidal, dado el tratamiento de -e final en varios versos, pero no podemos asegurarlo por el momento. Todo el disco está dedicado al Cantar de mio Cid, del que es una adaptación.