Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos
Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos.
No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.
Y mi voz sin tu trato se afemina.
No me encuentro los labios
que me llenan
No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios.
No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando nardos y agostando hinojos.
Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios.
Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mí termina.
Que en ti principia, amor, y en mí termina.
(Transcripción propia a partir del audio y el poema original de Miguel Hernández; la puntuación y ortografía son estimadas)
Detalles discográficos
Poema relacionado
Comentarios
La canción musicaliza el segundo de los sonetos de Imagen de tu huella (1934): “Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos”, íntegro, pero reordenando y/o repitiendo versos y estrofas. Hubo una primera versión de este mismo soneto a cargo de Pedro Ávila en su álbum El nuevo hombre cantado (1971); sin embargo, por ser anterior a 1975, esta versión no está recogida en esta base de datos.