Tus cartas son un vino
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Desde que estoy ausente
no sé sino soñar,
igual que el mar tu cuerpo,
amargo igual que el mar.
Tus cartas apaciento
metido en un rincón
y por redil y hierba
les doy mi corazón.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme, paloma,
que yo te escribiré.
Cuando me falte sangre
con zumo de clavel,
y encima de mis huesos
de amor cuando papel.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
Tus cartas son un vino
que me trastorna y son
el único alimento
para mi corazón.
(Transcripción propia a partir del poema y del audio de la canción, a falta de fuente escrita; la puntuación y ortografía son estimadas).
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Comentarios
Esta versión supone una musicalización similar del poema de Miguel Hernández. Se utilizan todas las estrofas del poema para componer la canción, pero la primera de estas, «…Tus cartas son un vino/que me trastorna y son/el único alimento/para mi corazón…», se repite a modo de estribillo.