[Canción de los vendimiadores]
VENDIMIADORES (cantando)
Si vas a la vendimia,
mi niña, sola,
con la saya
de cualquier forma.
Y a pocos meses
te rondarán el talle
sandías verdes.
VENDIMIADORAS
De la vendimia vengo
sola, mi niño,
con la saya ordenada
y talle fino.
De la vendimia
vuelve revuelto el talle
que se malicia.
VENDIMIADORES
A la vendimia, niñas
vendimiadoras.
A la vendimia, niña,
que ya es la hora.
¡Si vendimiara
el ramo de tu pecho
y el de tu cara!
VENDIMIADORAS
A la vendimia, niños
vendimiadores.
A la vendimia, niño,
van mis amores.
Mas con el cuido
de no perder las hojas
ni los racimos.
VENDIMIADORES
Enriquezco tu mano
cortando uvas
cubiertas por los soles
y por las lunas.
¡Ay si quisieras
que cortara tus besos
con mis tijeras!
VENDIMIADORAS
Cuando pisa racimos
tu abarca verde,
tu pie se vuelve sangre,
mi sangre nieve.
Pisa las uvas,
que como mis amores
ya están maduras.
[Sigue la escena, diálogo en prosa entre vendimiadores y vendimiadoras]
Género
Teatro en versoAutor
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Nacimiento autor: 1910Fallecimiento autor: 1942Nacionalidad: EspañaGénero: Hombre
Poemario
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Aunque se publicó por primera vez póstumamente en 1959, Los hijos de la piedra es una obra de teatro reivindicativo, que Miguel Hernández compuso durante la Guerra Civil y se representó en 1935. El título de «Canción de los vendimiadores» se le ha dado con posterioridad; en la obra de teatro, aparece simplemente como escena primera del segundo acto, con esta acotación: «Vendimiadoras y vendimiadores, cuatro y cuatro, en la faena de recolección: ellos cortando racimos y ellas ordenándolos en canastas».