Reacción al matrimonio de doña Endrina

Juan Ruiz (Arcipreste de Hita)

Fijo, el mejor cobro de quantos vos habedes
es olvidar la cosa que haber non podedes:
lo que non puede ser, nunca lo porfiedes,
lo que faser se puede, por ello trabajedes.

 

¡Ay de mí con qué cobro tan malo me vinistes!
¡Qué nuevas atán malas, tan tristes me trojistes!
¡Ay vieja mata amigos! ¿por qué me lo dixistes?
Tanto bien non me faredes quanto mal me feçistes.

 

¡Ay viejas pitofleras! mal apresas seades,
el mundo revolviendo a todos engañades,
mintiendo, aponiendo, desiendo vanidades,
a los nesçios fasedes las mentiras verdades.

 

¡Ay! que todos mis miembros comiençan a tremer,
mi fuerça, e mi seso e todo mi saber,
mi salud, et mi vida, et todo mi entender
por esperança vana todo se va a perder.

 

¡Ay, coraçón quejoso, casa desaguisada!
¿Por qué matas al cuerpo do tienes tu morada?
¿Por qué amas la dueña, que non te preçia nada?
Coraçón, por tu culpa vivirás vida penada.

 

Coraçón que quisiste ser preso et tomado
de dueña que te tiene por demás olvidado,
posístete en presión, e sospiros, e coydado
penarás ¡ay coraçón! tan olvidado penado.

 

¡Ay ojos, los mis ojos! ¿por qué vos fustes poner
en dueña que non vos quiere, nin catar, nin ver?
Ojos, por vuestra vista vos quesistes perder,
penaredes, mis ojos, penar e amorteçer.

 

¡Ay, lengua sin ventura! ¿por qué quieres desir?
¿por qué quieres fablar? ¿por qué quieres departir
con dueña que non te quiere nin escuchar nin oír?
¡Ay cuerpo tan penado, cómo te vas a morir!

 

Mugeres alevosas de coraçón traidor,
que non avedes miedo, mesura, nin pavor,
de mudar do queredes el vuestro falso amor,
¡ay, muertas vos veades de tal rabia e dolor!

 

Pues que la mi señora con otro fue casada,
la vida de este mundo yo non la preçio nada,
mi vida e mi muerte ésta es señalada,
pues que aver non la puedo, mi muerte es llegada.

 

Dis’: «Loco ¿qué avedes que tanto vos quejades?
»por ese quejo vano nada non ganades,
»temprad con el buen seso el pesar que ayades,
»alimpiat vuestras lágrimas, pensat qué fagades.

 

»Grandes artes demuestra el mucho menester,
»pensando los peligros podedes estorçer,
»quiçá el grand trabajo puede vos acorrer,
»Dios e el uso grande fasen los fados volver.»

 

Yo le dixe: «¿Quál arte, quál trabajo, quál sentido
»sanará golpe tan grande de tal dolor venido?
»Pues a la mi señora cras le darán marido,
»toda la mi esperança pereçe, e só perdido.

 

»Fasta que su marido pueble el çementerio,
»non casaría conmigo, ca sería adulterio;
»en nada es tornado todo el mi laçerio,
»veo el daño grande, et demás el haçerio.»

 

Dixo la buena vieja: «En hora muy chiquilla
»sana dolor muy grand’, e sale grand’ postilla,
»después de las muchas luvias viene buen’ orilla,
»en pos de los grandes nublos grand’ sol e sombrilla.

 

»Viene salud e vida después de grand’ dolençia,
»vienen muchos plaseres después de la tristençia,
»conortadvos, amigo, et tened buena creençia,
»cerca son vuestros gosos de la vuestra querençia.

 

»Doña Endrina es vuestra, e fará mi mandado,
»non quiere ella casarse con otro ome nado,
»todo el su deseo en vos está firmado,
»si mucho la amades, más vos tiene amado.»

 

«Señora madre vieja, ¿qué me desides agora?
»Fasedes como madre, quando el moçuelo llora,
»que le dise falagos, porque calle esa hora,
»por eso me desides, que es mía mi señora.

 

»Ansí fasedes, madre, vos a mí por ventura,
»porque pierda tristesa, dolor e amargura,
»porque tome conorte, e porque aya folgura,
»¿desídesme joguetes, o fabládesme en cordura?»

 

Estonçe dixo la vieja: «Ansí al amador,
»como al ave que sale de manos del aszor,
»en todo logar tiene, que está el caçador,
»que la quiere levar siempre tiene temor.

 

»Creed que verdat digo, e ansí lo fallaredes,
»si verdat le dixistes, e amor le avedes,
»ella verdat me dixo, quiere lo que vos queredes,
»perdet esa tristesa, que vos lo probaredes.

 

»La fin muchas de veses non puede recudir
»con el comienço suyo, nin se puede seguir;
»el curso de los fados non puede omen desir,
»sólo Dios e non otro sabe, qué es por venir.

 

»Estorva grandes fechos pequeña ocasión,
»desesperar el omen es perder coraçón,
»el grand’ trabajo cumple quantos deseos son,
»muchas veses allega riquesa a montón.

 

»Todo nuestro trabajo et nuestra esperança
»está en aventura, está en la balança,
»por buen comienzo espera omen la buena andança,
»a veses viene la cosa, pero faga tardança.»

 

«Madre, vos non podedes conoçer o asmar
»si me ama la dueña, o si me querrá amar
»que quien amores tiene, no los puede çelar
»en gestos, o en sospiros, o en color, o en fablar.»

 

«Amigo», dis la vieja, «en la dueña lo veo,
»que vos quiere, e vos ama, e tiene de vos deseo:
»quando de vos le fablo, e a ella oteo,
»todo se le demuda el color, e el deseo.

 

»Yo a las de vegadas mucho cansada callo,
»ella me dis’ que fable, e non quiera dexallo,
»fago que me non acuerdo, ella va començallo,
»óyeme dulçemente, muchas señales fallo.

 

»En el mi cuello echa los sus brazos entrambos,
»ansí una grand pieça en uno nos estamos,
»siempre de vos desimos, en ál nunca fablamos,
»quando alguno viene, otra raçón mudamos.

 

»Los labrios de la boca tíembranle un poquillo,
»el color se le muda bermejo e amarillo,
»el coraçón le salta ansí, a menudillo,
»apriétame mis dedos en sus manos quedillo.

 

»Cada que vuestro nombre yo le estó desiendo,
»otéame, e sospira, e está comediendo,
»aviva más el ojo, e está toda bulliendo,
»paresçe que convusco non se estaría dormiendo.

 

»En otras cosas muchas entiendo esta trama,
»ella non me lo niega, ante dis’ que vos ama,
»si por vos non menguare, abajarse ha la rama,
»et verná doña Endrina, si la vieja la llama.»

 

«Señora madre vieja, la mi plasentería,
»por vos mi esperança siente ya mejoría,
»por la vuestra ayuda creçe mi alegría,
»non cansedes vos, madre, seguidla cada día.

 

»Tira muchos provechos a veses la peresa,
»a muchos aprovecha una ardit sotilesa,
»complid vuestro trabajo, y acabad la noblesa,
»perderla por tardança sería grand avolesa.»

 

«Amigo, segund creo, por mí avredes conorte,
»por mí verná la dueña andar al estricote,
»mas yo de vos non tengo si non este pellote,
»si buen manjar queredes, pagad bien el escote.

 

»A veses non fasemos todo lo que desimos,
»et quanto prometemos quisá non lo complimos,
»al mandar somos largos, et al dar escasos primos,
»por vanas promisiones trabajamos, servimos.»

 

«Madre, vos non temades que en mentira vos ande,
»ca engañar al poble es pecado muy grande,
»yo non vos engañaría, nin Dios nunca lo mande,
»si vos yo engañare, él a mí lo demande.

 

»En lo que nos fablamos, fiusa tener debemos,
»en la firme palabra es la fe que tenemos,
»si en algo menguamos de lo que prometemos,
»es vergüenza e mengua, si complir lo podemos.»

 

«Eso», dixo la vieja, «bien se dise fermoso:
»mas el poble coytado siempre está temeroso
»que será soberbiado del rico poderoso:
»por chica raçón pierde el poble e el coytoso.

 

»El derecho del poble piérdese muy ayna,
»al poble e al menguado e a la poble mesquina
»el rico los quebranta, su soberbia los enclina;
»non son más preçiados que la seca sardina.

 

»En toda parte anda poca fe e grand fallía
»encúbrase en cabo con mucha artería,
»non ha el aventura contra el fado valía,
»a las veses espanta la mar, e fase buen orilla.

 

»Lo que me prometistes póngolo en aventura,
»lo que yo vos prometí tomad, et habed folgura,
»quiérome ir a la dueña, rogarle he por mesura,
»que venga a mi posada a vos fablar segura.

 

»Si por aventura yo solos vos podíes juntar
»ruego vos que seades ome do fuer’ lugar,
»el su coraçón de ella non sabe ál amar
»dar vos ha en chica hora lo que queredes far.»

 

Fue a casa de la dueña, dixo: «¿Quién mora aquí?»
Respondiole la madre: «¿Quién es que llama y?»
«Señora doña Rama, yo que por mi mal os vi,
»que las mis fadas negras non se parten de mí.»

 

Díxole doña Rama: «¿Cómo venides, amiga?»
«¿Cómo vengo, señora, non sé cómo lo diga,
»corrida e amarga: que me dis’ toda enemiga
»uno, non sé quién es, mayor que aquella viga.

 

»Ándame todo el día como a çierva corriendo,
»como el diablo al rico omen, ansí me anda siguiendo,
»que l’ lieve la sortija, que traía vendiendo,
»está lleno de doblas, fascas que non lo entiendo».

 

Desque oyó esto la risoña vieja
dexola con la fija, et fuese a la calleja,
comenzol’ la buhona a desir otra conseja,
a la raçón primera tornole la pelleja.

 

Dis’: «Ya lévase el uerco la vieja reselosa
»que por ello convusco fablar omen non osa;
»pues qué, fija señora ¿cómo está nuestra cosa?
»Veo vos bien loçana, bien gordilla, e fermosa».

 

Preguntol’ la dueña: «¿Pues qué nuevas de aquél?»
Dis la vieja: «¿Qué nuevas? ¿Qué sé yo qué es dél?
»mesquino e magrillo non hay más carne en él
»que en pollo enverniso después de Sant Miguel.

 

»El grand fuego non puede cobrir la su llama,
»nin el grande amor non puede encobrir lo que ama,
»ya la vuestra manera entiéndela ya mi alma,
»mi coraçón con dolor sus lágrimas derrama.

 

»Porque veo, e conosco en vos cada vegada,
»que sodes de aquel omen lozanamente amada,
»su color amarillo, e la su fas mudada
»en todos los sus fechos vos trae antojada.

 

»Et vos dél non habedes nin coyta nin embargo,
»desídesme non, magüer que siempre vos encargo
»con tantas demesuras de aquel omen tan largo,
»que lo traedes muerto, perdido, e penado.

 

»Si anda, o si queda, en vos está pensando,
»los ojos façia tierra non queda sospirando,
»apretando sus manos en su cabo fablando,
»rabiosa vos veades, doledvos fasta quando.

 

»El mesquino siempre anda con aquesta tristesa,
»¡Par Dios! mal día él vido la vuestra grand duresa,
»de noche e de día trabaja sin peresa,
»mas non le aprovecha arte nin sotilesa.

 

»De tierra mucho dura fruta non sale buena,
»¿quién si non el mesquino siembra en el arena?
»Saca galardón poco, grand’ trabajo, e grand’ pena
»anda devaneando el pes con la ballena.

 

»Primero por la talla él fue de vos pagado,
»después con vuestra fabla fue mucho enamorado,
»por aquestas dos cosas fue mucho engañado,
»de lo que le prometistes, non es cosa guardado.

 

»Desque con él fablastes, más muerto lo traedes,
»pero que vos callades, tan bien como él ardedes
»descobrid vuestra llaga, si non ansí morredes,
»el fuego encobierto vos mata et penaredes.

 

»Desidme de todo en todo bien vuestra voluntat,
»quál es vuestro talente, desidme la verdat,
»o bien lo fagamos, o bien lo dejat,
»que venir acá cada día non sería poridat.»

 

«El grand amor me mata el su fuego parejo,
»pero quanto me fuerza aprémiame sobejo,
»el miedo e la vergüenza defiéndeme el trebejo,
»a la mi queja grande non le fallo consejo.»

 

«Fija, perdet el miedo que se toma sin raçón,
»en casar vos en uno, aquí non hay trayçión,
»éste es su deseo, tal es su coraçón,
»de casarse convusco a ley e bendiçión.

 

»Entiendo su grand coyta en más de mil maneras,
»dise a mí llorando palabras manselleras:
»doña Endrina me mata, e non sus compañeras,
»ella sanar me puede, e non las cantaderas.

 

»Desque veo sus lágrimas, e quán bien lo departe,
»con piedat e coyta yo lloro por quel’ farte;
»pero en mi talante alégrome en parte,
»porque veo, que vos ama e vos quiere sin arte.

 

»En todo paro mientes, más de quanto coydades,
»et veo que entre amos por egual vos amades,
»con el entendimiento morides, et penades,
»pues el amor lo quiere ¿por qué non vos casades?»

 

«Lo que tú me demandas yo eso cobdiçio,
»si mi madre quisiese otorgar el ofiçio;
»más que nos ál queramos, por vos faser serviçio,
»tal lugar non habremos para plaser et viçio.

 

»Que yo mucho faría por mi amor de Fita,
»mas guárdame mi madre, de mí nunca se quita.»
Dixo Trotaconventos a la vieja Pepita:
«Ya la crus la levase con el agua bendita.

 

»El amor cobdiçioso quiebla caustras et puertas,
»vençe a todas guardas, e tiénelas por muertas:
»dexa el miedo vano e sospechas non çiertas,
»las fuertes çerraduras le paresçen abiertas.»

 

Dixo doña Endrina a la mi vieja paga:
«Mi coraçón te he dicho, mi deseo, e mi llaga,
»pues mi voluntad ves, conséjame qué faga,
»por me dar tu consejo vergüenza en ti non yaga.

 

»Es maldat et falsía las mugeres engañar,
»grand’ pecado e deshonra en las ansí dañar,
»vergüenza que fagades yo he de çelar,
»mis fechos e la fama, esto me fas’ dubdar.

 

»Mas el que contra mí por acusar me venga
»tómeme por palabra, a la peor se tenga,
»faga quanto podiere, en ello se atenga,
»o callará vençido, o váyase por menga.

 

»Venga qualsequier conmigo a departir,
»todo lo peor diga que podiere desir,
»que aquel buen mançebo dulçe amor e sin fallir,
»él será en nuestra ayuda que lo fará desdesir.

 

»La fama non sonará, yo la guardaré bien,
»el mormullo e el roydo que lo digan no ay quién
»sin vergüença es el fecho, pues tantas carreras tien’:
»maravíllome, señora, esto porque se detien’.»

 

«¡Ay Dios!», dixo la dueña, «¡el coraçón del amador
»en quántas guisas se vuelve con miedo e con temor!
»Acá e allá lo trexna el su quejoso amor,
»et de los muchos peligros non sabe quál es peor.

 

»Las penas desacordadas cánsanme noche e día,
»lo que el amor desea mi coraçón lo querría,
»grand temor gelo defiende que mesturada sería,
»¿quál corazón tan seguido de tanto non cansaría?

 

»Non sabe qué se faga, siempre anda descaminado,
»ruega, e rogando creçe la llaga del enamorado,
»con él mi amor quejoso fasta aquí he porfiado,
»mi porfía él la vençe, es más fuerte apoderado.

 

»Con aquestos pesares tráeme muy quebrantada,
»su porfía e su grand’ queja ya me trae cansada,
»alégrome con mi tristesa, lasa mas enamorada,
»más quiero morir su muerte, que vevir penada.

 

»Quanto más malas palabras omen dise e las entiende,
»tanto más en la pelea se aviva e se ençiende,
»quantas más dulçes palabras la dueña de amor atiende,
»a tanto más doña Venus la flecha e la ençiende.

 

»Et pues que nos non podedes amatar la vuestra llama
»fased bien su mandado del amor que vos ama,
»fija, la vuestra porfía a vos mata et derrama,
»los plaseres de la vida perdedes si non se mata.

 

»Vos de noche et de día lo vedes, bien vos digo,
»en el vuestro coraçón al omen vuestro amigo,
»él a vos ansí vos trae en su coraçón consigo,
»acabad vuestros deseos, matadvos con enemigo.

 

»Tan bien a vos como a él este coydado vos aterra,
»vuestras fases et vuestros ojos andan en color de tierra,
»darvos ha muerte a entrambos la tardança e la destierra,
»quien no cree los mis dichos, más lo falle e más lo yerra.

 

»Mas çierto, fija señora, yo creo que vos coydades
»olvidar o escusar aquello que más amades;
»esto vos non lo pensedes, nin coydedes, nin creades,
»que si non la muerte sola non parte las voluntades.

 

»Verdat es que los plaseres conortan a las deveses,
»por ende, fija señora, id a mi casa a veses,
»jugaremos a la pella e a otros juegos raeses,
»jugaredes, e folgaredes, e dar vos he ¡ay que nueçes!

 

»Nunca está mi tienda sin fruta a las loçanas,
»muchas peras, e durasnos ¡qué cidras e qué manzanas!
»¡qué castañas, qué piñones, e qué muchas avellanas!
»Las que vos queredes mucho éstas vos serán más sanas.

 

»Desde aquí a la mi tienda non ay si non una pasada
»en pellote vos iredes como por vuestra morada,
»toda es aquí un barrio e vesindat poblada,
»poco a poco nos iremos jugando sin reguarda.

 

»Id vos tan seguramente conmigo a la mi tienda
»como a vuestra casa a tomar buena merienda,
»nunca Dios lo quiera, fija, que de allí nasca contienda,
»iremos calla callando, que otre non nos lo entienda.»

 

Los omes muchas vegadas con el grand afincamiento
otorgan lo que non deven, mudan su entendimiento,
quando es ya fecho el daño, viene el arrepentimiento,
ciega es la muger seguida, non tiene seso nin tiento.

 

Muger e liebre seguida mucho corrida conquista,
pierde el entendimiento, çiega e pierde la vista,
non ve redes nin lasos, en los ojos tiene arista,
andan por escarneçerla, coyda que es amada e quista.

 

Otorgole doña Endrina de ir con ella fablar
a tomar de la su fruta, e a la pella jugar.
«Señora», dixo la vieja, «cras avremos buen vagar,
»yo me verné para vos, quando viere que ay logar.»

 

Vínome Trotaconventos alegre con el mandado,
«Amigo», dis’ «¿cómo estades? Id perdiendo coydado;
»el encantador malo saca la culebra del forado,
»cras verná fablar convusco, yo lo dexo recabdado.

 

»Bien sé, que dis’ verdat vuestro proverbio chico,
»que el romero fito que siempre saca çatico,
»sed cras omen, non vos tengan por çenico,
»tratad vuestro casamiento quando y yo non finco.

 

»Catad non emperesedes, acordadvos de la fablilla,
»quando te dan la cablilla, acorre con la soguilla,
»recabdat lo que queredes, non vos tenga por çestilla,
»que más mal’ vergüença en fas, que en coraçón mansilla.»

Autor

Movimiento: Edad Media

Poemario

Año de publicación original: 1330 (Aprox.)
Edición utilizada: 2000 - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

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Cuadernas 782-870 del Libro de buen amor.